Es una de las principales causas de mortalidad del mundo. Cada año se diagnostican hasta 14 millones de casos nuevos de cáncer, según los últimos datos disponibles y estimados por los proyectos EUCAN y GLOBOCAN, de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las estimaciones poblacionales indican que el número de diagnosis nuevas podría aumentar en un 70% en las próximas décadas, llegando hasta los 24 millones en el año 2035. La buena noticia es que las terapias para combatir esta enfermedad han dado un importante salto en cuento a prevención, tratamiento y diagnóstico.

En los últimos años, la inmunoterapia se ha convertido en la pieza clave de una enfermedad que acaba con miles de vidas al año. Pese a ser descubierta hace décadas, es ahora cuando los estudios sobre el tema avanzan para atacar las células cancerígenas. Junto a ella, la terapia dirigida genéticamente es otro de los puntos fuertes en el proceso de curación y a la hora de llevar la enfermedad con una mejor calidad de vida.

"La terapia dirigida genéticamente se encarga de mutaciones o alteraciones específicas, que están presentes en los tumores, pero no en las células normales. La inmunoterapia trata de conseguir que el sistema inmunitario del paciente sea capaz de reconocer, atacar y eliminar las células tumorales", explica Marisol Soengas, oncóloga especialista en melanoma del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas Carlos III (CNIO), donde además de la investigación básica sobre el cáncer se han desarrollado distintos programas y centros de investigación, como Bioncotech Therapeutics, de la que Soengas es cofundadora."La terapia dirigida genéticamente es otro de los puntos fuertes en el proceso de curación y a la hora de llevar la enfermedad con una mejor calidad de vida

Dentro de estas dos fórmulas para tratar la enfermedad, es en la inmunoterapia en la que los investigadores, médicos, científicos e incluso matemáticos se centran en la actualidad. "Si ponemos como ejemplo el melanoma, uno de los cánceres más agresivos, nos encontramos con que hace unos 10 años la vida media de un paciente con metástasis era un año o dos después del diagnóstico, mientras que ahora, el 60 o 70% de los pacientes responden a las terapias, sobre todo a esta, mejorando la vida media y también su calidad", señala Soengas.

Con el objetivo de conseguir que las células del sistema inmunitario reconozcan las tumorales, se da la tesitura de que la enfermedad cuenta con tumores fríos y calientes. "Los primeros son capaces de escapar al sistema inmune o incluso de bloquear la acción del mismo, por lo que se ha conseguido dar con una especie de frenos conocidos como reguladores de control de sistema inmunitario", detalla la oncóloga, que además añade que "una vez encontrados esos frenos, se han desarrollado tratamientos para desactivarlos que tienen un mejor reconocimiento y ataque".

Tumores más frecuentes en España en el año 2017

Cáncer

Infogram

Incidencia estimada de los tumores más frecuentes en España en el año 2017 (ambos sexos).

Datos procedentes de Globocan 2012, desglosados por edad y sexo, y extrapolados a los datos de la población española para el año 2017 proporcionada por el INE.

Frontera de conocimiento

En este sentido, el CNIO organizó el pasado mes de julio un congreso, 'Frontera de conocimiento', en el que especialistas en el ámbito de la inmunoterapia pusieron las cartas sobre la mesa e intentaron destruir algunos muros. "Se habló de qué falta ahora que ya sabemos que la inmunoterapia funciona, de por qué unos pacientes responden bien y otros no o de cómo convertir los tumores fríos en calientes", detalla Soengas.

Así, se están desarrollando nuevas técnicas con las que hacer que los pacientes que no responden puedan hacerlo. "Se ha hablado de qué factores genéticos o no genéticos determinan la eficacia de la respuesta. Existen estudios en los que se ha encontrado que la propia población de bacterias del organismo parece definir la eficacia de los mismos. Estas bacterias se suelen encontrar en el intestino y se está pensando cómo usar esta información. Incluso se habla de trasplantar bacterias de gente que responde al tratamiento a gente que no".

Cáceres de tumores sólidos, como el de pulmón, el de mama y, sobre todo, el melanoma, están siendo atacados gracias a la inmunoterapia. En el caso del de mama, la terapia dirigida genéticamente es otro de los puntos fuertes para su eliminación. "Este tratamiento se dirige a proteínas mutadas o alteradas en las zonas tumorales o las que son más importantes para estas que las normales. Con el tumor de mama funciona muy bien", destaca la especialista.

"En melanoma, por ejemplo, que es el cáncer que presenta mayor número de mutaciones, es difícil encontrar la proteína que define el tumor. La terapia dirigida funciona, pero de forma muy transitoria. Ahora también trabajamos en cómo tratar de mejorar estas terapias y combinarlas con inmunoterapia", concluye.