La Organización Mundial de la Salud calcula que aproximadamente un 4% de la población mundial, especialmente los jóvenes y los ancianos y en mayor medida las mujeres, sufre depresión. Este porcentaje significa que más de 300 millones de personas padecen una enfermedad mental que cada vez tiene una mayor incidencia en nuestra sociedad.

La depresión es, en su definición clínica, una enfermedad mental que en ocasiones se convierte en un trastorno de gravedad en el medio o largo plazo, que puede dar lugar a recaídas y recurrencias, y que requiere de tratamiento con fármacos, psicoterapia o una combinación de ambos.

Síntomas de la depresión

¿Cómo podemos detectar que realmente estamos atravesando una depresión y no un simple bajón de ánimo? Muchas veces resulta complicado porque no se expresa de una forma clara y concreta. La lista de síntomas puede ser extremadamente amplia, ya que cada persona, independientemente de su sexo, puede expresar esta enfermedad de un modo diferente.

Existen, no obstante, algunos patrones comunes. Según explica el doctor Miguel Roca, presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, los síntomas más comunes de la depresión clínica son las alteraciones en el sueño y el apetito, la anhedonia o pérdida para disfrutar de lo que antes suponía una actividad placentera, apatía y alteraciones cognitivas como problemas de memoria, concentración y menor tiempo de reacción.

A veces, a estos síntomas acompaña una disminución en el umbral del dolor que sensibiliza a la persona ante estímulos que no tendrían que ser dolorosos.

"Sólo cuando se reúnen ciertos criterios clínicos podemos hablar de depresión y aunque estos son los síntomas más habituales pueden presentarse otros o características propias en cada paciente", señala Roca.

Además, el psiquiatra señala que hay que distinguir entre los trastornos adaptativos como el duelo o la reacción emocional ante determinados acontecimientos vitales con síntomas similares pero menos intensos y pasajeros y la depresión clínica, que puede presentarse sin un desencadenante mayor.

Según la gravedad de los síntomas se establece un tratamiento farmacológico o psicoterápico o una combinación de ambos. Las evidencias científicas han mostrado que, en el campo de las psicoterapias, existen terapias que ofrecen mejores resultados como la cognitivo-conductual.

¿Por qué aparece la depresión?

Los factores de riesgo que predisponen a la depresión son múltiples y entre ellos, Roca apunta a los genes; acontecimientos vitales ocurridos en la infancia; el abuso de sustancias tóxicas; la existencia de otras patologías como diabetes y afecciones cardiológicas, neurológicas o endocrinológicas; o el exceso de peso y el estrés.

Además, ser mujer es en sí mismo un factor de riesgo ya que existen muchos más casos de depresión entre la población femenina sin que se hayan definido aún de forma concluyente los motivos.

Las últimas teorías apuntan a que la depresión podría también tener un origen sistémico y formar parte de un cuadro clínico que incluyera síndrome metabólico, patrones de alimentación alterados, afecciones cardiológicas, entre otros.