Los españoles consumen el doble de sal de lo recomendado. Así lo hace ver un estudio de la Sociedad Española de Hipertensión (SEH-LEHLA) que refleja que consumimos 10 gramos de sal al día, frente a los 5 recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

Que somos un país de salados era un secreto a voces. No obstante, a veces son los propios alimentos que nos confunden; pensamos que por su naturaleza o sabor tienen menos sal de la que realmente aportan. Conocer su composición nos ayudará a frenar el consumo abusivo de estos alimentos con alta carga de sal sustituirlos por otros más sanos.

Por este motivo, la (SEH-LEHLA) recomienda comprobar cuánta sal tienen los alimentos antes de comprarlos, para lo que basta con multiplicar por 2,5 la cantidad de sodio que se indique en la etiqueta para conocer los gramos de sal que se ingieren con ese alimento. Además, aconseja a los consumidores que incrementen en su dieta la ingesta de productos vegetales frescos porque contienen menos sal y menos cantidad de grasas saturadas.

¿Qué alimentos llevan más sal de la que crees?

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) también se ha unido a la cruzada y ha elaborado una lista de alimentos que llevan más sal de las que pensamos.

Queso procesado: Con tres lonchas de queso consumirás más de la mitad de la cantidad diaria de sal recomendada, ya que una loncha contiene unos 900 miligramos de sal.

Salsas preparadas: Añaden sabor a nuestros platos a costa de sal. La FDA indica que una cucharada de kétchup tiene 167 miligramos de sal; una de vinagreta, 280 y una de salsa italiana 243. Los expertos aconsejan sustituir estas salsas preparadas por jugos naturales, como por ejemplo el jugo de limón para las ensaladas.

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Comida enlatada: No es de extrañar que sus niveles sean altos ya que la sal es un conservante natural. La cantidad de sal varía de una conserva a otra. Por ejemplo, la mitad de una lata de judías verdes tiene unos 290 miligramos y una de sopa de pollo hasta 1,5 gramos.

Comida congelada: Las bandejas son prácticas -muchas veces nos solucionan la papeleta de tener que cocinar tras un día duro de trabajo- y, aunque dé rabia admitirlo, están bastante buenas No obstante, son una bomba de sal ya que suelen contener casi la totalidad de este mineral que deberíamos consumir al día. Los expertos aconsejan un consumo responsable y muy esporádico.

Cereales de desayuno: Los expertos tienen en su punto de mira este alimento tan preciado a primera hora de la mañana por dos razones: su exceso de azúcar y su exceso de sal. Un paquete de cereales de 275 gramos suele tener unos 4 gramos de sal, por eso es recomendable limitarse a la ración y no excederse en el consumo de este alimento. Opta por combinar diferentes tipos de desayunos sanos y saludables.

Consumir sal, sí, pero de forma responsable

El consumo de sal es necesario para el cuerpo, ya que controla la cantidad de agua de este, regula los fluidos, y ayuda a transmitir los impulsos nerviosos. Sin embargo, el exceso de sal no se puede eliminar por los riñones y se acumula en la sangre atrayendo el agua e incrementando el volumen de sangre circulante, provocando finalmente que el corazón necesite trabajar más fuerte para mover la sangre y se eleve la presión produciendo hipertensión arterial.

Por último, es importante recordar la importancia de no añadir sal al plato cuando ya esté terminado y de intentar sustituirla por otras especias que le den sabor, al igual que lavar las conservas vegetales y legumbres antes de utilizarlas para reducir el nivel de sal.