Los españoles puntúan a la sanidad pública con un 6,38 sobre 10, aunque cuatro de cada diez reclama reformas importantes, sobre todo en los tiempos de espera para poder acudir a un especialista o para poder ser atendido por el médico de cabecera el mismo día que se solicita la cita.

Así lo refleja el Barómetro Sanitario 2015 elaborado por el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), con más de 7.800 entrevistas, con el objetivo de conocer el grado de satisfacción de los ciudadanos respecto a los servicios sanitarios, que ha mejorado siete décimas en comparación con 2014.

El 86,3 por ciento de los usuarios de atención primaria considera que la asistencia recibida fue "buena o muy buena" y las expectativas previas sobre este servicio son altas, ya que siete de cada diez personas (70,4 por ciento) aseguran que la atención recibida fue más o menos igual a como esperaban.

El 82,2 por ciento de los pacientes que acudieron a consultas de especialistas considera la atención "buena o muy buena", al igual que el 88,3 por ciento de las personas ingresadas en hospitales públicos.

En cuanto a la atención en urgencias, el 80,5 por ciento de los usuarios considera que la asistencia fue "buena o muy buena" y el 63,2 por ciento reconoce que se hizo con "mucha o bastante rapidez".

En este barómetro, se consolida la preferencia por la sanidad pública frente a la privada, por la tecnología, los medios de los que disponen los centros y por la capacitación de sus profesionales sanitarios.

En el caso de los centros privados, la rapidez en la atención y el confort de las instalaciones son los aspectos que deciden su elección.

En concreto, un 68,1 por ciento prefiere la sanidad pública para la atención primaria; el 53,8 para las consultas especializadas; el 62,9 para el ingreso en el hospital y el 61,9 por ciento para urgencias.

Respecto a la opinión general de la población, el 63,7 por ciento cree que el sistema sanitario funciona "bien o bastante bien", aunque necesita algunos cambios, mientras que el 29,3 por ciento piensa que se deberían hacer cambios fundamentales y un 6,3 mantiene que tendría que rehacerse.

Entre los aspectos susceptibles de mejora, se identifican los relacionados con los tiempos de acceso a los servicios; la obtención de cita el mismo día que se solicita, si así se desea, en atención primaria (la obtiene el 35,9 por ciento), las demoras para los especialistas y la hospitalización programada (que se consideran que no han mejorado), así como los tiempos de espera para entrar en consulta (el 28,4 espera más de una hora).

Respecto a la gestión de la sanidad, la mayoría de los ciudadanos (69,1 por ciento) estima que lo hace mejor la Administración pública, mientras que el 11,3 por ciento opina que las empresas privadas pueden hacerlo mejor.

En cuanto al copago, la mayoría, un 65,8 por ciento piensa que se deberían contemplar más tramos para que las contribuciones del paciente al pago de los medicamentos sean más acordes con el nivel de renta.

Sobre las vacunas, el 88,1 por ciento cree que son eficaces para prevenir enfermedades y un 87,1 es consciente de la importancia de recibir todas las dosis de cada vacuna para estar protegido.

Respecto a la información que los profesionales sanitarios ofrecen sobre la eficacia de las vacunas, un 33,7 por ciento de los pacientes opina que no lo hacen adecuadamente.