Más de la mitad de la población se siente más cansada y con falta de energía en algún momento del año. A veces no es solo cansancio, también sufrimos pereza y falta de concentración. Sentirse débil y aletargado no provoca muchas veces sensación de estar enfermos pero en ocasiones nuestro cuerpo sólo necesita que reactivemos su vitalidad y, para ello, existen ciertos hábitos que nos pueden ayudar a resolver esta situación.Sencillos cambios en los hábitos de vida que pueden transformar los niveles de energía, apunta Jacqueline Newson, experta nutricionista de Abundance & Health, quien afirma que es posible conseguirlo en tan sólo una semana.

No obstante, ten en cuenta que el cansancio puede ser una señal de anemia, diabetes, hipotiroidismo o hepatitis C pero si el examen médico descarta los principales trastornos que la producen, es hora de cambiar de hábitos para mejorar en calidad de vida.

Son cinco los consejos que nos da la nutricionista, ninguno es nuevo y todos son fáciles y baratos:

1. Duerme, pero que sea un sueño reparador.

Una noche de buen sueño es muy importante para mantener los niveles de energía. Esto puede parecer obvio, pero muchas personas tienen grandes dificultades para dormir. Para fomentar un sueño reparador, se recomienda evitar hacer ejercicio demasiado tarde.

La experta aconseja mantenerse alejado de los productos con cafeína, como el té, el café y el alcohol, especialmente por la noche, ya que "estos actúan como estimulantes y pueden mantenerte despierto durante horas".

Además, asegúrate de tener cortinas adecuadas que impidan el paso de la luz. Evita cualquier cosa que pueda mantener tu mente ocupada como leer, ver la televisión o trabajar con el ordenador. "Un baño relajante con agua tibia antes de acostarse realmente ayuda a preparar el cuerpo para el sueño", recomienda.

2. No te olvides del azúcar (sin pasarse).

Tener el nivel de azúcar en sangre equilibrado durante todo el día puede generar un enorme impacto para equilibrar tus niveles de energía y prevenir depresiones. Para evitar los altibajos, asegúrate consumir proteínas en cada comida, tan solo bastan unos frutos secos con una pieza de fruta como merienda.

Incluye carbohidratos complejos como la avena, el pan integral y pasta, frutas, verduras y legumbres. Estos proporcionan al cuerpo una fuente perfecta de energía que se libera lentamente en sangre. Esto mantiene un suministro constante de nutrientes, evitando las recaídas repentinas que nos llevan al picoteo como solución rápida.

En este sentido, se deben evitar los alimentos azucarados y altamente procesados, ya que aunque pueden elevar de forma instantánea la energía, ésta es de corta duración y dará lugar a caídas repentinas de los niveles de azúcar en sangre, causando fatiga e irritación.

3. Incluye nutrientes energéticos en la dieta.

El cuerpo necesita una amplia variedad de vitaminas y minerales para convertir los alimentos en energía. Las vitaminas del grupo B, en particular, son fundamentales para la producción de energía y muchas personas tienen dietas pobres en estas vitaminas esenciales. Tomar un complejo de vitamina B es una forma sencilla de garantizar un suministro adecuado. Encontrar un suplemento que proporcione vitaminas del grupo B y que sean altamente biodisponibles es crucial para que el cuerpo mantenga sus niveles de energía.

Otro nutriente de particular importancia es la vitamina C. Varias investigaciones han identificado que la vitamina C es esencial para la síntesis de la carnitina, que desempeña un papel clave en el transporte de ácidos grasos a las células para su uso en la producción de energía. Sin la vitamina C como parte de la ecuación, los niveles de energía se verían seriamente comprometidos.

El hierro también es necesario para mantener los niveles adecuados de energía, ya que ayuda a transportar oxígeno a las células. Hay varios factores dietéticos que pueden afectar a la absorción de hierro incluyendo una baja acidez de los jugos gástricos estomacales, los fitatos que se encuentran en el salvado de trigo o la soja, los oxilatos contenidos en las espinacas y los taninos que se encuentran en el té. Asegúrate de complementar tu dieta con una vitamina C que realmente se absorba bien como los que dan algunos complementos.

4. Ejercicio, no te olvides de moverte.

No se trata de meterte el ejercicio en vena, lo importante es moverse y, si es posible, realizar algo de deporte. Vale con invertir 30 minutos al día en algo tan simple como caminar, montar en bicicleta o nadar, pues aportan grandes dosis de energía a tu vida... El ejercicio reduce el estrés, mejora la circulación, transporta oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo, levanta el estado de ánimo, mejora el sueño, protege los huesos y se trabajan los músculos. Te debes a ti mismo para esforzarte.

"Prueba a caminar media hora durante tu tiempo de almuerzo, o a hacer 30 minutos de ejercicio siguiendo un DVD por la mañana antes de desayunar y notarás la diferencia casi inmediatamente", recuerdan.

5. No te deshidrates

La deshidratación provoca somnolencia, confusión mental y fatiga. Es importante beber mucho líquido durante todo el día. El agua es ideal, pero el té y el café también ayudan a aumentar la ingesta de líquidos, sólo recuerda: el exceso de cafeína no es ideal para conciliar bien el sueño por la noche. Las frutas y verduras también contienen gran cantidad de agua, por no hablar del aporte de energía que elevan los nutrientes, por lo se recomienda tomar entre 5 y 10 porciones al día.