Aunque el dicho ´querer es poder´ no siempre funciona, lo cierto es que la actitud que tomamos ante los retos y dificultades del día a día juega un papel clave en todos los ámbitos de la vida. La confianza en nosotros mismos no sólo alimenta al ego sino que también fomenta los resultados positivos.

La baja autoestima afecta de forma negativa cada faceta de la vida, incluyendo relaciones personales, trabajo y salud. Pero según señalan desde el sitio web de la Clínica Mayo en Estados Unidos (www.mayoclinic.org) se pueden poner en marcha técnicas para fortalecer la autoestima, incluso si la opinión sobre uno mismo comenzó en la infancia.

Para ello, los estadounidenses proponen pensar sobre las condiciones o situaciones que parecen ´desinflar´ nuestra autoestima. Los desencadenantes comunes podrían incluir: una presentación de trabajo, una crisis en el trabajo o en casa, un desencuentro con una pareja, familiar, colega u otro contacto cercano, un cambio en las circunstancias de la vida, como una pérdida de trabajo o uno de los hijos que deja el hogar.

Una vez identificadas las condiciones o situaciones problemáticas, hay que prestar atención a los pensamientos interiores que les dan forma. Esto incluye el monólogo interior propio y la interpretación personal de lo que significa la situación. Estos pensamientos y creencias podrían ser positivos, negativos o neutrales. Podrían ser racionales, basarse en razones o hechos, o irracionales y basarse en falsas ideas.

Los pensamientos iniciales podrían no ser la única vía posible a la situación, por eso hay que poner a prueba la exactitud de nuestros pensamientos, señalan desde la web de la institución americana, para ello hay que preguntarse a uno mismo si nuestra visión es consistente con los hechos y la lógica o si existen otras posibles explicaciones para la situación,

"A veces es difícil reconocer las inexactitudes en el pensamiento. La mayoría de personas tienen formas de pensar sobre tu vida y sobre sí mismos automáticas que se han mantenido durante mucho tiempo. Estos pensamientos y creencias pueden parecer normales y establecidas pero muchas en realidad son sólo opiniones o percepciones", añaden los especialistas de la clínica a Mayo.

Patrones negativos de pensamiento

Desde el sitio web estadounidense apuntan a los siguientes patrones de pensamiento que erosionan la autoestima:

-Pensamientos de todo o nada: ves las cosas por completo bien o por completo mal. Por ejemplo, "Si fallo en esta tarea, soy un fracaso total".

-Filtros mentales: ves sólo lo negativo y te guías por ello, distorsionando tu visión de una persona o situación. Por ejemplo, "Cometí un error en ese informe y ahora todo el mundo se dará cuenta de que no soy apto para este trabajo".

-Convertir lo positivo en negativo: rechazas tus logros y otras experiencias positivas al insistir en que no son representativas. Por ejemplo, "Sólo lo hice bien en ese examen porque era muy fácil".

-Saltar a las conclusiones negativas: alcanzas una conclusión negativa cuando existen pocas o ninguna evidencia al respecto. Por ejemplo, "Mi amigo no ha contestado mi e-mail, he debido de hacer algo para que esté enfadado".

-Confundir sentimientos con hechos: confundes los sentimientos o creencias con los hechos. Por ejemplo, "Me siento fracasado, así que debo ser un fracaso".

-Menospreciarse: Te infravaloras, te menosprecias o utilizas un humor despectivo hacia ti mismo. Esto puede dar lugar a reacciones exageradas ante determinadas situaciones, como cometer un error. Por ejemplo, "No me merezco nada mejor".

Construir una buena autoestima

Para reemplazar estos pensamientos negativos o inexactos con pensamientos constructivos los especialistas de la Clínica Mayo sugieren las siguientes estrategias:

-Utilizar afirmaciones esperanzadoras: piensa sobre ti con amabilidad y apoyo. El pesimismo puede convertirse en una profecía autocumplida. Por ejemplo, si piensas que tu presentación no va a ir bien, podrías en realidad trabarte en su desarrollo. Intenta decirte a ti mismo cosas como "incluso aunque sea difícil, puedo manejar la situación".

-Perdonarse a uno mismo: todo el mundo comete errores y los errores no son reflejos permanentes de ti como persona. Son momentos aislados en el tiempo. Piensa mejor, "Cometí un error, pero eso no me convierte en una mala persona".

-Evitar las afirmaciones ´debería´ y ´tengo que´: si encuentras que tus pensamientos están llenos de estas palabras, podrías estar exigiendo demasiado a los que te rodean y a ti mismo. Eliminar estas palabras de tus pensamientos puede conducir a expectativas más realistas.

-Centrarse en lo positivo: piensa en lo bueno de tu vida. Recuerda aquellas cosas que han salido bien recientemente. Considera las habilidades que has utilizado para afrontar las situaciones difíciles.

-Redefinir los pensamientos desagradables: no necesitas reaccionar de forma negativa a los pensamientos negativos. En vez de ello, piensa en los pensamientos negativos como señales para probar patrones nuevos y saludables de pensamiento. Plantéate "¿Qué puedo pensar y hacer para hacer esto menos estresante?

-Aprender a animarnos: date un voto de confianza. Por ejemplo, "Mi presentación podría no haber estado perfecta pero mis colegas hicieron preguntas y se mantuvieron atentos, lo que significa que conseguí mi objetivo".

Estos pasos podrían parecer complicados en un principio pero se vuelven más fáciles con la práctica. "Al comenzar a reconocer los pensamientos y creencias que están contribuyendo a tu baja autoestima, puedes contrarrestarlas de forma activa, lo que te ayudará a aceptar tu valor como persona", concluyen.