La crema hidratante es uno de los básicos del neceser de hombres y mujeres. En verano se convierte en un imprescindible con el que paliar la sequedad que nos provoca el sol y en invierno, de igual modo, se nos antoja como el cosmético ideal al que acudir para hidratar nuestra piel si el frío nos la agrieta. Para todos, además, constituye el mejor aliado con el que prevenir y retrasar la aparición de arrugas.

Sin embargo, no siempre somos conscientes de la importancia de una buena aplicación para que sus resultados se correspondan con los esperados.

Te ofrecemos algunas premisas y consejos para que las contrastes con tu rutina diaria y compruebes si estás aplicándote bien o no la crema hidratante.

- Limpieza previa: Antes de aplicarte la crema hidratante es fundamental que hayas limpiado tu cara en profundidad. Es así como facilitarás a tu piel que absorba al máximo el producto en cuestión.

- El 'menos es más': Existe el falso y erróneo pensamiento de que cuánta más crema se aplique, mayor será su efecto y resultado. Todo lo contrario. De hecho, podría llegar a ser incluso perjudicial para la piel, al taponar los poros o provocar brillos. Con una cantidad proporcional a un garbanzo basta y sobra.

Es importante limpiar bien la cara antes de aplicar la crema y tener mucho cuidado a la hora de hidratar el contorno de ojos. Fotos Getty Images

- Evita la zona de los ojos: Intenta no aplicar la crema en el contorno de ojos, una zona específica que requiere de su propio tratamiento dada su delicadeza. Céntrate en los cuatro puntos clave: pómulos, frente, nariz y barbilla.

- De dentro hacia fuera: Una vez aplicada la crema, es importante extenderla suavemente, de dentro hacia afuera y no al revés. Se trata de ir al contrario de la fuerza de la gravedad. Puedes esparcirla creando movimientos circulares, siempre y cuando no olvides hacerlo en sentido ascendente.

Por último, recuerda elegir una crema hidratante que se adecúe a tu tipo de piel. No requiere el mismo tipo de crema facial una persona con piel grasa, que otra con mixta o seca.

Asimismo, fíjate si cuenta con protección solar. Aunque pudiera parecerte una cuestión baladí por la época del año en la que nos encontramos, no olvides que el sol incide en nuestra piel siempre, ya sea invierno o verano.

Y sobre todo, sé constante, pues en ello reside más de la mitad del éxito y efectividad de cualquier cosmético.