La clave para adelgazar está en ser conscientes de lo que comemos, gestionar nuestro entorno para poder controlar situaciones como comidas familiares o viajes, y empezar a establecer unas costumbres para que nos ayuden a adquirir buenos hábitos.

Algunos buenos hábitos que deberíamos incluir serían:

Antes de salir de casa lleva contigo un tentempié saludable

Es aconsejable llevar a mano un tentempié saludable, como una pieza de fruta, una barrita de cereales, un puñadito de frutos secos (tostados o al natural) para evitar así caer en las tentaciones que despierta el hambre hedonista que nos conduciría, por ejemplo, a comprar algo menos saludable, con más grasa y más calorías.

No salgas de casa sin desayunar

Se ha demostrado que la prevalencia de sobrepeso es superior en aquellas personas que toman un desayuno escaso o lo omiten. El desayuno es la comida más importante del día, es la primera ingesta tras 8-10 horas sin ingerir alimento, y nos debe aportar la energía necesaria para que nuestro organismo funcione con el máximo rendimiento. Además, empezar el día con un desayuno equilibrado que incluya un lácteo, un cereal y una fruta es la mejor garantía para no caer en las tentaciones. Si salimos de casa con el estómago vacío, lo más probable es que acabemos picando alimentos poco aconsejables (bollería o snacks calóricos) haciendo así malas elecciones alimentarias, otra situación que también abordan desde entulínea.

Planifica las comidas con antelación

Planificar implica dos cosas importantes: detenernos a pensar qué vamos a comer para que nuestras comidas resulten equilibradas y, por otra parte, nos libra de improvisar. Las improvisaciones nos suelen llevar a elecciones rápidas y poco aconsejables como precocinados calóricos, por ejemplo.

Haz la compra con el estómago lleno

Está más que demostrado que comprar con el estómago vacío nos hace más vulnerables a las tentaciones que suscita en nosotros los alimentos calóricos y ricos en azúcares, grasa y sal, es decir, los alimentos que despiertan el hambre hedonista. Las empresas de alimentación lo saben, y nos lo ponen cada vez más difícil para caer en sus tentaciones alimentos con porciones más grandes, ofertas irresistibles, degustaciones culinarias. Por ello, desde entulínea aconsejan ir a comprar sin tener hambre y, si es posible, con una lista de la compra para evitar improvisaciones.

Siéntate a la mesa para comer

El sentarse en la mesa a comer es un buen hábito que muchos de nosotros hemos perdido. Si nos sentamos a la mesa en cualquiera de las comidas del día, estaremos dedicando la atención que necesita el hecho de comer. Es importante ser conscientes de que estamos comiendo y de qué estamos comiendo. Justamente, uno de los pilares de entulínea para controlar el hambre hedonista consiste en hacernos conscientes de lo que ingerimos para así realizar mejores elecciones alimentarias.

Haz tus comidas sin distracciones

Es fundamental que dediquemos un tiempo suficiente a la comida. Y ello requiere que evitemos comer, por ejemplo, ante la pantalla del ordenador o de pie mientras realizamos otras tareas, por ejemplo. Comer de esta manera, hará que comamos más y, en consecuencia, no seremos realmente conscientes de qué estamos comiendo y tampoco de haber alcanzado el punto de saciedad, con lo que será más fácil que acabemos cayendo en tentaciones.

Espera unos minutos entre platos y piensa si tienes más hambre

Antes de repetir plato, es importante que dejemos pasar un tiempo. Veinte minutos es el tiempo necesario para que nuestro estomago envíe las señales al cerebro que indica si estamos saciados o no. Si dejamos pasar unos minutos lo más probable es que se diluya este deseo de comer, que puede venir provocado por un impulso puramente por placer (hambre hedonista) como por ejemplo el tener delante la comida y recibir el impacto que despierta el impulso cerebral.

Bebe de 1,5 a 2 litros de líquido al día

El agua juega muchos papeles importantes en nuestro organismo. Es el componente principal de nuestro organismo. Mantener un buen estado de hidratación es vital, por eso aconsejan beber de 1,5 a 2 litros de líquidos al día. A pesar de que el agua es el mejor recurso para saciar la sed, los zumos de frutas y verduras también son buenas elecciones. Beber agua, además, puede servirnos para controlar el impulso del hambre hedonista, al contribuir a sentirnos llenos.