Creativo, perfeccionista, con sentido del humor y muy reservado. Estas son algunas de las características que definen la personalidad de Manolo Blahnik, uno de los diseñadores de zapatos más famosos de todo el mundo. Pasar tan solo unos minutos a su lado es suficiente para percibir la inquietud y viveza que encierra su carácter, extrovertido y cohibido por momentos.

Son muchas las mujeres que ansían lucir en sus pies un par de manolos, y pocas las que tienen el privilegio de poder costeárselos. Actrices, modelos, cantantes, aristócratas... todas sucumben a los stilettos del diseñador palmero, cuyos precios pueden alcanzar en ocasiones hasta los 3.000 euros.

¿Qué recuerdos guarda de su infancia en La Palma?

Pasear en la playa, cuando no había coches, ni carreteras y nos movíamos en burro y con el cochecito de mi padre. También recuerdo a mi abuelo. Eso son momentos y personas de los que no me olvido nunca.

¿Siempre tuvo claro que tenía que salir de la Isla para conseguir el éxito que con los años ha obtenido?

No, en absoluto. Fue cosa de mi padre, que era checo y no veía mucho futuro para mí en la Isla porque se daba cuenta de que era un muchacho inquieto.

¿Quién le enseñó a hacer zapatos?

Nadie me enseñó. Estudié gráficas y luego me fui a Nueva York donde la directora de Vogue, Diana Vreeland, que era la máxima autoridad del mundo en la moda, me dijo: "Tu tienes que diseñar para las extremidades", y eso fue lo que hice.

¿Cómo fue su primera creación?

Mi primer zapato fue desastre [risas].

Usted tiene fama de ser una persona muy perfeccionista, ¿en tantos años de profesión ya ha alcanzado esa ansiada perfección?

Es cierto, desgraciadamente soy un perfeccionista, es algo que seguramente heredé de mi madre, pero aún no he conseguido el zapato perfecto, ni creo que lo consiga nunca.

¿Por qué se cotizan tan alto sus diseños?

Soy el menos indicado para responder a eso, pero imagino que algo tienen de diferentes para que sigan gustando.

Sus zapatos han sido calzados por famosas de la talla de Madonna o la modelo Kate Moss, ¿a quién le gustaría ver con un diseño suyo que todavía no haya visto?

A muchísima gente... a ti por ejemplo... ¿por qué no? Todo el mundo puede disfrutar de mis zapatos.

¿Qué personaje histórico le hubiera gustado que luciera un par de manolos?

Siempre digo que a María Antonieta, y resulta que al final la he podido calzar en la película que se hizo sobre su vida.