Las quemaduras en mascotas se pueden producir por varias razones y dependiendo de estas serán de mayor o menor gravedad. A nivel doméstico, las quemaduras más frecuentes son por agua muy caliente, por aceite hirviendo que salta al cocinar y alcanza al animal o por sustancias corrosivas que pueda haber en el hogar. En el caso de los incendios, las quemaduras suelen producirse en las almohadillas al intentar escapar y pisar brasas encendidas.

Si desafortunadamente tu mascota sufre este tipo de percance no dudes en llevarlo lo más rápido posible al veterinario. Sin embargo, durante el camino puedes aliviar su dolor.

En primer lugar baja la temperatura de la zona afectada para que ésta se pueda curar correctamente. Para ello utiliza agua fría o suero fisiológico. De esta manera además de rebajar la temperatura limpiarás la herida. Si el animal está consciente suminístrale pequeñas dosis de agua para mantenerlo hidratado. A continuación, cubre la quemadura con una gasa estéril pero sin presionar.

Una vez en el veterinario, un profesional se encargará de verificar que no existen quemaduras a nivel interno. Si existiese alguna, podrás cambiar su alimentación durante un tiempo. Siempre bajo recomendación médica. Existen alimentos especiales que al ser blandos y húmedos ayudarán en la recuperación.