A muchos humanos les gusta divertirse con petardos y toda clase de ruidosos artículos pirotécnicos, sobre todo en fechas festivas y en momentos de celebración. No obstante, para muchos perros, estos estímulos sonoros son motivo de un enorme pánico y sufrimiento.

En muchas ocasiones no podremos evitar que el ruido de las explosiones alcance los oídos de nuestro can, pero lo que sí está en nuestras manos es minimizar el impacto que estos puedan tener en nuestras mascotas.

Una de las medidas más importantes a tener en cuenta en caso de tener un animal al que le asusten los estruendos, es evitar salir a la calle cuando sepamos que estos se van a producir, como puede ser en el caso de los fuegos artificiales. De no poder evitarlo, es indispensable contar con una buena correa que nos asegure que el perro no saldrá huyendo.

Asimismo, es de vital prioridad no dejar al can solo en casa mientras fuera se están celebrando espectáculos que conlleven explosiones. Debemos tratar de aislarle lo máximo posible, alejándolo de las ventanas, para que el ruido no le cause malestar al animal.

Mantener la calma nos ayudará a transmitirle seguridad a nuestro perro y será más fácil que no se excite. Por el contrario, sobresaltarnos o regañar al perro por su comportamiento derivado del pánico sería totalmente contraproducente, y podría acentuar sus fobias y favorecer el desarrollo de malos comportamientos en el futuro.

En caso de que el perro entre en pánico y corra a esconderse bajo algún mueble o comience a temblar, no debemos acariciarlo o tratar de calmarlo con palabras de cariño. La actitud más correcta en este caso es la de mantener la normalidad e impasividad. Una vez que el ruido haya cesado y el animal se haya calmado, se aconseja acariciarlo y premiarlo.

Distraer a nuestra mascota con música que tape el sonido de los petardos, o entretenerle con su juguete favorito puede ser una forma de hacer que los asustadizos canes se adapten algo mejor a la situación y aprendan a sobrellevarla mejor. Es muy recomendable que el animal empiece a familiarizarse con los ruidos desde cachorro para evitar problemas de conducta a largo plazo.

Si todo lo anterior no funciona, existen fármacos y medidas que implican el uso de feromonas que pueden ayudarnos con este frecuente problema, siempre bajo la prescripción de un experto veterinario o adiestrador que haya analizado el caso particular de nuestro animal y pueda ofrecernos una solución a su medida.