Diez años después de que Bigas Luna la descubirera con 'Yo Soy la Juani', el mapa de ruta de esta actriz madrileña nacida en 1983 la sitúa de nuevo en casa. Tras haber viajado a Katmandú, junto a Iciar Bollaín, Islandia para la serie británica 'Fortitude', México e Italia, presenta la comedia 'No culpes al karma lo que te pasa por gilipollas', sobre el celebrado ''best seller''.

¿Se le puede echar la culpa al karma de algo, en realidad?

No, lo hace quien es incapaz de asumir sus errores. Como la protagonista, que no es hábil para vivir la vida como quiere. ¿Quién pone un negocio de plumas de adorno en plena crisis?

¿Se ve reflejada?

Todos, a veces, nos escuchamos demasiado. Pero yo convivo bien con el caos, si tengo claro hacia dónde voy.

¿Ya aprendió a decir que no, la gran asignatura pendiente?

Estoy en ello, porque es fundamental poner límites. Es la clave de la felicidad. Pero si no sabes lo que quieres, no sabes lo que no quieres.

¿Cree que el título de la película se le puede aplicar a la situación del país?

Perfectamente. De esta realidad tan desagradable, ni como colectivo ni individualmente podemos culpar al karma. Tenemos la responsabilidad de que nuestra parcela esté limpia y aseada y la obligación de exigir que quienes nos representan hagan lo mismo. Pero no creo en la política. Está claro que no funciona.

¿Cómo detesta perder el tiempo?

Con la burocracia madrileña, que es mortífera. Supongo que como las otras. Hacer una tontería de trámite cuesta 200 horas. Y en los atascos de tráfico.

¿Es de enfadarse con facilidad?

Tengo carácter. Me pone de mal humor la gente que dice: "Mira, te he jodido, pero es que soy muy torpe". O sea, que la culpa de la faena no es suya, es de lo inútil que es. Como lo del karma.

¿Haciendo qué se le pasa el enfado?

Me encanta comer, me encanta el sexo, pasear por el campo, leer, ver películas.

Estudiaba Antropología...

Empecé, pero no he seguido. Ahora no cuadra con la vida que llevo.

Lleva una década de trabajo. ¿Le cuadra el balance?

Sí. Lo encuentro coherente. Todo me ha ayudado a crecer. Ahora sé que el dinero, las prisas y lo artístico no acaban de llevarse bien.

¿Es lo mejor que ha aprendido?

Y a encontrar una forma personal de expresión, que ahora quiero ampliar escribiendo y dirigiendo, que sea útil a los demás tratando temas cotidianos.

¿Qué se le ha quedado en el camino?

Fantasías. Las cosas no son como creías ni cuando van bien. Cuando Yo soy la Juani me hizo conocida con tal rapidez, puse una gran barrera entre la actriz y la persona por miedo a no controlar los cambios. No hice bien. No fui valiente.

Pero no le ha dado miedo andar por el mundo durante varios años€

Llegué a creer que quería vivir así. Sólo quería personajes. Estaba más cómoda haciendo de otros que siendo yo. Ya no, ahora quiero estar aquí, en mi casa.

¿Cómo es?

Un caos, está patas arriba tras tanto tiempo sin atenderla. Pero es luminosa y acogedora. Y está fuera de la ciudad.

¿Si se pierde, dónde ir a buscarla?

En las piscinas naturales de Garachico, en Tenerife, quizá. Pero preferiría que nadie fuera a por mí, la verdad.