Michael Dobbs escritor. Es el autor de "House of Cards", una obra que inspiró las series de televisión inglesa y norteamericana. Ahora Alba Editorial acaba de publicar en su colección Contemporánea este volumen de intriga y ambición política. "Todos los políticos tienen algo del personaje de mi novela y se reconocen en él", admite el escritor. "Mi libro es ficción, no es un manual de instrucciones para el político", sentencia Michael Dobbs.

Casi han pasado treinta años desde la experiencia más desagradable de Michael Dobbs. Una fuerte discusión en 1987con la primera ministra, Margaret Thatcher, su jefa en Downing Street, cambió radicalmente su vida. Dobbs, que había desarrollado una brillante carrera en el Partido Conservador y en el gabinete de la Dama de Hierro, decidió escribir un libro.

Estaba furioso. Le serviría de terapia. No sabía si lo iba a publicar. Ni siquiera estaba seguro si iba a ser capaz de terminarlo. Más bien pensaba que se quedaría en la estantería de su casa, en los alrededores de Hertfordshire, donde había nacido en 1948. Así surgió House of Cards, (Castillo de naipes) una novela de intriga y ambición política, un libro atrevido y cínico que engancha al lector y al telespectador.

Alba Editorial lo acaba de publicar en su colección Contemporánea, dirigida por la también escritora María Tena, y traducido al español por Patricia Antón. Hoy, el autor superventas no ha olvidado la política. Pero la vive de otra manera: con la distancia del tiempo, con perspectiva histórica.

En 2010, la reina, a propuesta del primer ministro, lo nombró Lord Dobbs of Whyle con carácter vitalicio. En la Cámara de los Lores controla al gobierno, sin capacidad de hacerlo caer, y repasa proyectos y textos legislativos.

„Disculpe, Señor ¿cómo debo dirigirme a usted, Lord o Señor Dobbs?

„Llámeme Michael - responde por teléfono desde la campiña inglesa, antes de iniciar sus vacaciones navideñas con su mujer y sus hijas.

„Si en 1989 cuando se publicó House of Cards, le hubieran dicho lo que le iba a pasar, ¿se lo hubiera creído?

„En absoluto. Si alguien me hubiese vaticinado el enorme cambio de mi vida, habría pensado que era absurdo. La BBC convirtió el libro enseguida en una serie y hoy vuelve a triunfar en los episodios de televisión de Netflix, que protagoniza Kevin Spacey en Washington. Trabajar con él y todo el magnífico equipo y conocer la pasión y calidad que aportan a la obra es para mí la experiencia más feliz de mi vida.

„Imagino que también habrá influido en su felicidad que líderes como Barak Obama, David Cameron, John Major y hasta dirigentes chinos le hayan felicitado por su obra. Tres ideologías distintas. Asimismo el primer ministro italiano, el socialdemócrata Matteo Renzi, está entusiasmado Con la edición española de Alba. ¿Cree que es una lección de política?

„No. Mi novela es ficción inspirada en mis experiencias, y entretenimiento para que interese y guste. No es un manual de instrucciones para el político. Aunque sé que Renzi, que compró mi novela hace unas semanas en Roma, la ha interpretado así. Quizás por la influencia de Maquiavelo, que hace quinientos años, en Florencia, escribió El Príncipe.

„Michael, ¿se siente usted también influido por Shakespeare?

„No me quiero comparar con Shakespeare, pero cuando era joven estudié su obra Julio Cesar. Me impresionó esta historia extraordinaria de un hombre tremendamente poderoso que muere asesinado por sus amigos. ¡Qué gran personaje, qué fuerza expresiva! Lo que conseguía Shakespeare era mostrarnos la condición humana a través del drama.

„ ¿Y usted ha aplicado la misma receta? ¿Es el secreto de su éxito internacional?

„ Creo que sí. El drama nos ayuda a entender mejor a las personas. Y House of cards trata sobre la condición humana. No es un documental sobre los sistemas de gobierno, aunque sus personajes sean políticos. El ser humano, su ambición por el poder, las intrigas, las traiciones, las mentiras€no han cambiado. Desde la tragedia griega hasta hoy. Hablo de la gente, de su carácter, de su personalidad. De lo que no tiene límites ni en el tiempo ni el espacio.

„Así que del trauma de sufrir los gritos de la señora Thatcher, de ser acusado por la primera ministra de conspirar contra ella, usted hizo un bestseller. ¿Qué le gusta más la política o la literatura?

„Ante todo, quiero dejar claro que es totalmente falso que conspirara contra Margaret Thatchter. Yo sí le decía que los políticos no pueden perpetuarse en el poder. Cuanto más tiempo están más paranoicos se vuelven. No obstante, reconozco que Thatcher ha sido la política más influyente y relevante del siglo XX. En cuanto a su pregunta, le explico la diferencia entre un político y un escritor: Ante una situación adversa, en política hay ataques, venganzas. Un autor, sin embargo, convierte el dolor en algo productivo, en una fuente de inspiración.

„Entonces, ¿usted supo librarse de la adicción de la política?

„Es cierto que a pesar de las dificultades, del lado oscuro y sucio, la política puede convertirse en una obsesión, una adicción, una enfermedad mental. Para mí fueron años duros pero también extraordinarios. He sabido sacar provecho de ellos con la literatura, aunque le aseguro que yo no lo había planeado así.

„ ¿Es casualidad que las iniciales del personaje central sean F.U.: Francis Urquhart en la novela y Francis Underwood en la serie?

„Disculpe, usted sabe que FU eninglés es una palabra grosera (joder). El protagonista es un político sin escrúpulos, sin principios. Es cruel, miserable, terrible hasta conseguir el poder. El peor tipo de los políticos.

„Y a pesar de "cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia", ¿hay alguno que se sienta identificado?

„Muchos me preguntan intrigados "¿soy yo?" Y les digo no. Es ficción con ironía, cinismo y algo de humor inglés. Lo que sí es cierto es que todos los políticos tienen algo de Francis Urquhart, aunque sea una pequeña parte, la ambición por el poder, y por eso se reconocen en él.

„Y a pesar de ser un tipo así, capaz de matar, ¿cómo puede atraer a la joven periodista Matti Storin?

„Ya lo dijo Henry Kissinger: el poder es afrodisíaco. Y puede atraer sexualmente más que lo físico. Lo que busco es que el protagonista sea también atractivo para el lector. Al final, lo que recuerdan de él son los rasgos de su carácter.

„Además de basarse en su experiencia en la política, usted también trabajó como periodista en Boston y en Londres. El periodismo, ¿otra fuente de inspiración para hacer más relista su novela?

„Mi estancia en Estados Unidos estuvo marcada por el Watergate. Me impresionó que un hombre tan poderoso como Richard Nixon se destruyera a sí mismo, echará por tierra la presidencia del país más importante del mundo por la mentira y la ambición. La política es ingrata, se descubren sus fallos, como en House of Cards.

„ ¿Cree que los políticos han olvidado su compromiso de servicio a la sociedad?

„Creo que hay políticos cínicos, idealistas y líderes. Los primeros dicen lo que la gente quiere oír. Los segundos, lo que creen que se debería hacer. Los terceros, hablan con sinceridad, son realistas, le dicen a la gente lo que son capaces de hacer. Los ciudadanos les siguen. Esa es la capacidad de liderazgo