El actor madrileño, que se encuentra de gira con la obra de Beckett, "Rumbo a peor", charla sobre el teatro, la actualidad política, el papel de los cómicos y los Goya.

P: ¿El absurdo es un buen concepto para definir este momento histórico?

R: La verdad es que mis conocimientos académicos sobre géneros teatrales son igual a cero. Pero no utilizaría la palabra absurdo ni para referirme a "Rumbo a peor" ni a la situación social actual. Este momento, me parece, se define por una declaración de guerra del poder (grandes empresas, principalmente bancos, con la complicidad de los gobiernos) contra el conjunto de la población.

P:¿Qué le aporta entonces este tipo de teatro?

R: Es una experiencia hecha de palabras y que sin embargo trasciende lo racional para convertirse en una experiencia física, sensorial. Pablo Messiez, el director, lo define como un concierto para una sola voz. Me gusta jugarlo todo a la palabra, y a la palabra no lógica, además. A la palabra mágica, transformadora. Es un texto que, más que significar, es.

P: ¿Es arte para minorías, para iniciados?

R: No, nunca. Yo no sé de nada y lo disfruto mucho. Para mí, el teatro ha de tener vocación de claridad, de transparencia, aunque los caminos pueden ser muy variados.

P: Con sus compañeros de Animalario golpeó hace unos años con "La boda de Alejandro y Ana", quizá uno de los mejores retratos de aquellos tiempos. ¿El arte ha de ser profético?

R: Para mí, el arte no es más que un punto de vista sobre la vida que debería servir para disfrutarla más. El otro día oí una frase, creo que es de mayo del 68, que me encantó: cuando el Parlamento se convierte en un teatro, el teatro ha de ser un Parlamento. El Congreso ha demostrado su inutilidad para debatir las cuestiones de interés común, así que el teatro se tendrá que poner las pilas.

P:¿Para hoy se les ocurre algún montaje similar? No sé si con Bárcenas, Montoro y otros sale una tragicomedia...

R: En abril estreno otro monólogo. Se llamará "Autorretrato de un joven capitalista español" y tratará de todo esto.

P: Se critica hoy a los cómicos por comprometidos. ¿Cómo lo ve?

R: No comprometerse hoy, sea cual sea tu oficio, es despiadado.

P: Al respecto, Josep Maria Pou dice que "en España se practica desde hace años la caza al cómico". ¿Se siente amenazado?

R: La verdad es que mucho menos que varios millones de conciudadanos.

P: Si hubiera presentado la gala de los Goya, ¿hubiera hecho algo diferente o fue bastante reivindicativa?

R: El presidente de la Academia hizo una labor vergonzosa previa para convencer a los participantes de que no fueran reivindicativos. Y lo consiguió. Salvo excepciones maravillosas, me pareció penosamente light, teniendo en cuenta que los colectivos que están luchando por los derechos de todos apenas tienen voz en los medios. El guión, sin embargo, fue más allá de lo que pensaba. Y los medios y el Gobierno fueron desproporcionadamente críticos con los detalles reivindicativos. Lo curioso es que TVE y, por tanto, el Gobierno, conocían el guión. Así que o Eva Hache metió cosas que no estaban previstas o el asunto huele un poco raro.

P: ¿Y Montoro le ha revisado ya las cuentas? A ver si debe algo al fisco o tiene algún pariente en Suiza?

R: Montorillo nos ha revisado a mí y a Animalario de forma exhaustiva. Si extiende ese mismo celo a los miembros de los consejos de administración del Ibex 35, me parecerá un gran ministro.