El irreconocible aspecto físico de esta famosa cantante española: ¿qué se ha hecho?

La cantante española, en una de sus últimas publicaciones.

La cantante española, en una de sus últimas publicaciones. / Instagram Tamara

P. O.

Quien ha visto en la televisión o en redes sociales últimamente a Tamara -la cantante, no la Falcó- es probable que se haya quedado con la boca abierta. ¿Es ella de verdad? Pues sí, lo es. A pesar de su juventud (nació en 1984) desde hace tiempo parecen obvios sus retoques, si bien algunos incluso se atreven a hablar de "cirugía" por el aspecto de su nariz o su boca, muy diferentes a las de siempre. En cualquier caso, ella siempre ha salido al paso de estas informaciones al asegurar que si la veíamos cambiada era "por los filtros que aplico antes de compartir las imágenes en las redes sociales".

Juzga por ti mismo:

Tamara Macarena Valcárcel Serrano nació en Sevilla en 1984 y es muy conocida desde bien pequeña por sus boleros y baladas. Es nieta del gran cataor de copla y flamenco Rafael Farina.

El bótox

La toxina butolínica, conocida también como bótox, es una neurotoxina sintetizada obtenida de una bacteria, descubierta a finales del siglo XIX, que sirve para el tratamiento de patologías neurológicas y para uso cosmético, siendo una de las terapias más demandadas para la corrección de arrugas de expresión en el rostro.

En concreto, según han informado expertos del Centro de Tratamientos Médico-Estéticos Felicidad Carrera, el efecto farmacológico de la toxina botulínica tiene lugar a nivel de la unión neuromuscular, en la conexión entre el nervio periférico y el músculo. Es en este nivel donde produce la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor necesario para producir la contracción muscular.

De esta forma, la toxina botulínica actúa bloqueando la liberación de acetilcolina y produciendo una relajación muscular temporal, sin causar ninguna lesión física ni en las estructuras nerviosas ni musculares. Las principales indicaciones son aquellas donde hay una actividad muscular-nerviosa exagerada como, por ejemplo, 'tics' nerviosos, estrabismo, espasticidad, arrugas de expresión y en el exceso de sudoración.

La toxina se aplica en diferentes partes del músculo, de forma que, al no recibir más el estímulo nervioso, deja de contraerse. Los mejores resultados se obtienen en el tratamiento de las arrugas de expresión como el entrecejo, frente o las conocidas como patas de gallo.

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