Tamara Falcó recurre a dos santeros para quitarse el mal de ojo

La marquesa de Griñón aleja el ‘yuyu’

P. O.

A falta de cinco semanas para su boda con Íñigo Onieva, Tamara Falcó sigue en el ojo del huracán mediático. La presión mediática a la que ha estado sometida en los últimos meses, el estrés por los preparativos para que todo salga perfecto en su gran día, y la polémica por su vestido de novia le habría pasado factura.

La marquesa de Griñón ya se ha asegurado de no tener ningún susto en las próximas semanas.El otro día me mandaron dos santeros a mi casa para quitarme la mala suerte y tuve que limpiarlo todo con agua bendita”, afirmó en El hormiguero. “Me lo dejaron todo apestando a incienso y tuve que llamar a mis sacerdotes, para preguntarles si tenía que hacer algo o si podía tener alguna consecuencia eso”.

El gran debate

Por si no fuera suficiente, el debate sobre su peso no cesa y después de salir a la luz su inminente ingreso en la clínica Buchinger de Marbella para ponerse a punto, hacer una dieta detox y desconectar antes de su enlace, diferentes medios de comunicación apuntan a que su intención con este retiro no sería otra que adelgazar entre 8 y 10 kilos para estar perfecta en su gran día.

Tamara aclara dudas sobre si ingresará en una clínica para perder peso.

Algo que Tamara no ha tardado en desmentir indignada, dejando claro que está en su “normopeso” y le parece una “falta de respeto” que se hable de su peso y se especule con que querría perder peso antes de su boda: “Están todos los días diciéndome que pierda 10 kilos... pues ‘piérdalos usted’” ha asegurado.