El príncipe Harry se encuentra de nuevo en Reino Unido, donde está cumpliendo con algunos de sus compromisos antes de desvincularse totalmente de la corona como miembro senior. Aprovechando su visita, la Reina Isabel II ha querido reunirse con su nieto y limar las asperezas de los últimos meses.

Aunque los duques de Sussex y la veterana monarca llegaron a un acuerdo conciliador tras la decisión de separarse de la Casa Real, la prohibición de la Reina de usar la marca 'Sussex Royal' con fines económicos desde el próximo 31 de marzo ha vuelto a enfrentar a Meghan Markle y su marido con el resto de la familia. Pero tal y como ha trascendido y publicado The Sun, la Reina y el hijo de Lady Di han dejado de lado sus diferencias para disfrutar de un almuerzo juntos.

Harry se ha traslado hasta el castillo de Windsor, donde ha comido un salmón escalfado con ensalada de acompañamiento. Pero lo más importante es que ha podido hablar con su abuela de sus planes de futuro y llegar a un entendimiento entre ambos.

Al almuerzo le siguió un té y posteriormente una merienda, tiempo en el que la Reina tuvo oportunidad de transmitirle a Harry que le apena la decisión de mudarse a Norteamérica, así como de no poder ver a su bisnieto Archie con frecuencia, quedándose este en Canadá mientras sus padres viajen a Inglaterra. De la misma manera también le ha transmitido que las puertas de la casa real siempre estarán abiertas por si deciden retroceder en su decisión y volver.

Según el medio británico, el encuentro ha servido para que aclaren las cosas entre ellos, prevaleciendo el cariño y unión entre ambos más allá de la institución.

Una reunión que ha tenido lugar antes de que Meghan Markle aterricé en el país natal de su marido, esperando que asista el jueves a los premios Endeavour y a las actividades relaciones con el día de la Commonwealth, donde se encontrará con el resto de la familia real.