Rafa Nadal celebró este sábado con sus amigos de Mallorca su despedida de soltero, una fiesta que empezó por la mañana y acabó en la madrugada del domingo. El grupo, que formaban entre 10 y 12 varones, llegó a Palma sobre las 11 de la mañana para tomar un aperitivo y comer algo, pues el día sería largo y había que prepararse.

Fue a partir de las seis de la tarde que empezó la marcha. A esa hora llegaron a la discoteca Social Club, un establecimiento situado en el Passeig Marítim, enfrente de Titos, que dispone de una terraza con vistas al puerto de Palma y una piscina. Uno de los relaciones públicas del club, José Miguel Babon, colgó una fotografía en Instagram que se hizo con el tenista. Junto a su equipo de la despedida, Rafa Nadal se dirigió a la zona del reservado, donde pasaron gran parte de la tarde. Y de la noche, porque la fiesta se alargó hasta la madrugada de este domingo.

Estaba tan cómodo como en la pista. El tenista, que se casará el próximo sábado con Mery Perelló, su novia de toda la vida en sa Fortalesa, llamó la atención de los presentes en el local, que se acercaban a él constantemente para pedirlo fotografías y autógrafos. Con algunos incluso entabló una conversación exprés, y señaló que esta salido en grupo para despedir su soltería no había sido planeada, sino más bien improvisada. Aunque se mostraba relajado y contento (recordemos que la fiesta arrancó a media mañana), en un momento dado el manacorí se agobió y dejó de atender a las peticiones de fotos y autógrafos de sus seguidores y se concentró en la despedida y sus amigos.

El deportista se divertía con sus amigos, que entre baile y baile rellenaban la copa. También se encontraron unas gafas de plástico de un color llamativo y bromeaban poniéndoselas y jugando con ellas. Sin perder la compostura, Nadal liberó al niño que lleva dentro y se desarmó de la presión que conlleva su vida de deportista de élite. Y demostró también que no solo domina la raqueta, pues tiene un buen saque de caderas. Vestido para la ocasión con camisa blanca, pantalón claro y zapatillas, Nadal bailó y cantó con energía todas las canciones de reguetón que sonaron en Social Club.

Todos los miembros del grupo, incluido el protagonista, acabaron como la noche del sábado como mandan los cánones, sobre todo cuando se trata de despedidas de soltero: pasada la media noche. A una semana de darse el sí quiero con Mery, Nadal pasó un día completo con sus mejores amigos, divirtiéndose como niños (con tarjetas de crédito). Fue ayer, a ritmo de reguetón, la mejor antesala de su boda.