La Reina Letizia (Oviedo, 1972) no nació en palacio, pero practica costumbres vinculadas a la alta nobleza española, y en general europea, que siempre ha considerado un poco vulgar eso de celebrar los cumpleaños con velas y tarta. Lo que de verdad conmemoran las familias de toda la vida son las onomásticas. Por cierto, Santa Leticia, cuya cabeza acabó en el convento de Santa Clara de Bruselas, se conmemora el 13 de marzo.

Así que hoy, con esos 45 años llamando a las puertas de la Casa de los Asturias (que así se conoce en la jerga real al palacete que habitan los Reyes en el recinto de la Zarzuela), la esposa de Felipe VI no hará nada especial, si acaso recibir la cálida felicitación de su marido, sus hijas y sus personas más cercanas.

La verdad es que es una suerte que la Reina, al igual que su suegro, don Juan Carlos, y su propio marido, no sea adicta a esto de los "cumples". Y es que ¿qué se le regala a una reina cuando se recibe una invitación a la consabida fiesta? Este año, con todas las tensiones que rodean a España y a la Corona, uno de los mejores presentes para la soberana consorte, sin duda, puede ser su consolidación como una auténtica royal. La visita oficial al Reino Unido, realizada el paso mes de julio, dejó claro que la experiodista sabe estar entre lo más granado de la realeza europea, con la reina Isabel II a la cabeza. Letizia ha perdido definitivamente el miedo -o más bien los reparos- a lucir las grandes joyas de los Borbones.

Aunque parezca una frivolidad, el dato va acompañado de un gran simbolismo. Nunca hay que olvidar que una monarquía sin símbolos carece de sentido.

El 4 de julio de 2014 doña Letizia pronunció en Filipinas su primer discurso como reina. El presidente de Cruz Roja de aquel país se equivocó al decir su nombre y la llamó Felicidad. "Puede llamarme Queen Happiness (Reina Felicidad), me gusta", contestó ella. Por otro lado, la Reina no olvida su esencia de persona normal, que tanto le gusta al Rey y que fue una de las grandes bazas a la hora de elegirla como esposa. Siempre que puede se calza las deportivas y se pone unos tejanos. Lo hizo el pasado lunes para llevar al colegio a Leonor, Princesa de Asturias, y a la Infanta Sofía. No posó, es cierto, pero es que la Reina defiende el derecho a cierta privacidad y es reacia a lo que ella considera algo así como una exposición innecesaria de sus hijas a los focos y las cámaras. A sus 45 años tampoco renuncia a esas noches de cine con su marido y a las cenas en lugares de moda, a veces en versión low cost, en ese Madrid que tanto le gustaba recorrer desde su primera juventud. Si el Rey emérito no era muy amigo de los festejos, el actual tampoco, aunque la cercanía de su 50.º cumpleaños, el próximo 30 de enero, ya provoca movimientos como la puesta en circulación de monedas de dos euros con su efigie.

Trece años de matrimonio

Felipe y Letizia celebraron el pasado mes de mayo trece años de casados. La hija mayor de Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano ha vivido en el seno de la familia Borbón y Grecia una década clave en la existencia de cualquier persona: esa que hace pasar de la juventud tardía a la plena madurez. Y en esas anda la Reina española, la más mediática que ha tenido nunca el país y también una de las más escudriñadas por la prensa. Si se hiciese una encuesta entre los españoles, pocos sabrían determinar quiénes son los diseñadores favoritos de la Reina Sofía. Sin embargo, a quien más y quien menos le suena el nombre de Felipe Varela -modisto de cabecera de Letizia, aunque últimamente se prodigue con otras marcas-, o incluso el de Lorenzo Caprile, que vistió a la entonces prometida del Príncipe para su debut ante las cortes europeas.

En 2012, la entonces Princesa de Asturias protagonizó una serie de fotos conmemorativas en las que también participaron Felipe de Borbón y las en ese momento infantas Leonor y Sofía. La intención era presentar a los españoles momentos inéditos de los herederos de la Corona. Letizia posó en una cama balinesa de jardín con las niñas dormidas en su regazo. Las instantáneas recibieron alabanzas y críticas a partes iguales. En este caso no habrá posados ni sorpresas. Ni siquiera está previsto un concierto, como ocurrió el año pasado, con la asistencia a un recital en el Auditorio Nacional, en el que la orquesta, en un descanso, le dedicó el "Cumpleaños feliz", algo que no acabó de convencer a la mujer del Rey. En eso también coincide con su suegro, al que por lo visto tampoco le hacía mucha gracia que cada 5 de enero Plácido Domingo le entonará la melodía en el Concierto de Reyes.

Desde la proclamación de Felipe VI, Letizia ha asistido a más de 400 actos institucionales y ha pronunciado 63 discursos. Es una mujer comprometida en la lucha contra la desigualdad y el acoso escolar, y con el mundo de la cultura, que la apasiona. La Reina es una mujer de su tiempo, con los pies en la tierra y, sobre todo, una orgullosa madre.