La estadounidense Olivia Culpo recuperó en la madrugada de ayer para su país la corona de Miss Universo, que una mujer norteamericana no ganaba desde 1997. Pero hizo algo más: se mostró patriótica y solidaria con una sociedad conmocionada por la matanza perpetrada en una escuela de Newtown por el joven Adam Lanza.

Nada más hacerse con el título, Culpo dijo que esperaba que su triunfo sirviera para «levantar el ánimo a la gente y elevar el espíritu de la población a pesar de las últimas tragedias».

Acompañada por el magnate Donald Trump, propietario y organizador del certamen -que se celebra en Las Vegas-, la joven afirmó que la corona conquistada era para ella «un gran honor» y -más patriotismo- se declaró orgullosa de haber representado a Estados Unidos «en un concurso de prestigio internacional».

Culpo, de 20 años y 1,65 de estatura, rompe con el molde de la ganadora de las últimas ediciones: latina, más alta y, en apariencia, más operada que ella. La norteamericana superó en la recta final del concurso a la filipina Janine Tugonon y a la venezolana Irene Sofía Esser Quintero.

Con su victoria, EE UU recupera una corona que no se ceñía ninguna norteamericana desde hace 15 años, cuando fue proclamada ganadora la hawaiana Brook Mahealani Lee. Miss Brasil (Gabriela Markus) y Miss Australia (Renae Ayris) quedaron eliminadas en la última fase.

En su discurso de aceptación, además de palabras de esperanza para sus conciudadanos -aún muy afectados por lo ocurrido en Newtown-, Culpo entonó un verdadero elogio del «carpe diem».

«Me gustaría que la gente diera gracias cada día y aprovechara cada momento como si fuera el último. Que abrazara a su familia y a sus amigos cada día. De eso se trata al final. Nunca sabes lo que va a pasar y eso lo hemos aprendido en estos días», afirmó.

La joven belleza tampoco eludió el asunto del control de las armas. «La población está dividida al respecto. En EE UU tenemos una serie de derechos y el de protegerse uno mismo está entre ellos, pero también hay circunstancias que hay que afrontar, como las enfermedades mentales. Hay que afrontar esa vertiente o el control de las armas. Juntos resulta una catástrofe», advirtió la modelo.

Luego, más desenfadada, dijo que no siente presión por ceñir la corona. «Nunca pensé que la obtendría. En octubre de 201l me presenté a Miss Rhode Island y gané, y poco antes no sabía ni desfilar sobre la pasarela. Luego fui Miss Estados Unidos y ahora soy Miss Universo. Solo quería probar mis habilidades. Al final se trata de ser una misma».