Lees falleció este martes en la residencia para ex militares cerca de Glasgow (Escocia) en la que pasó los últimos años de su vida, según informaron hoy los medios británicos.

Lees era uno de los jardineros del campo de concentración nazi Stalag Luft III -ubicado en un bosque en las cercanías de la ciudad polaca de Zagan- y ayudó a construir los túneles que utilizaron decenas de oficiales aliados para fugarse en marzo de 1944.

Junto a sus compañeros, cavó pacientemente a 10 metros de profundidad tres túneles -a los que se llamó Tom, Dick y Harry-, sacó la arena escondida en una bolsa escondida en los pantalones y la esparció por los jardines del campo para no dejar rastro.

Los túneles, que tenían el tamaño justo para que cupiera un hombre, fueron cavados con herramientas fabricadas a partir de viejas latas y cimentados con piezas de madera de las camas y pedazos de los muebles del campo de concentración.

En total, sacaron unas 200 toneladas de escombros y el 24 de marzo de 1944 fue la fecha elegida para la gran evasión, en la que Lees no participó por no tener el rango de oficial.

Un total de 76 hombres lograron escapar antes de que los nazis descubrieran la fuga, pero sólo tres consiguieron completar la evasión y llegar sanos y salvos hasta el Reino Unido.

De los otros 73, 23 fueron capturados y devueltos al campo de concentración y los 50 restantes fueron ejecutados por los nazis.

Lees, un conductor del ejército británico capturado en Grecia en 1940, estuvo preso hasta el final de la guerra, tras la cual volvió a su trabajo en una casa de seguros, se casó y tuvo dos hijos.

Lees siempre se mostró satisfecho con la película de Sturges y aseguró que el papel que encarnaron Steve McQueen, James Garner, Richard Attenborough y Charles Bronson reflejó bien la realidad.

En declaraciones al diario escocés "Paisley Daily Express", manifestó: "fue tal y como se mostraba en 'La Gran Evasión'. A mi me dieron el trabajo de cuidar de los jardines, y yo sacaba los escombros a la pequeña huerta, donde removía la arena de la superficie, enterraba la arena y volvía a cubrirla".

"Los alemanes nunca sospecharon nada", afirmó.