En su comparecencia ante el jurado encargado de la investigación judicial londinense, Ken Wharfe, quien trabajó para la princesa durante seis años, señaló que fueron posiblemente los servicios secretos británicos los que estuvieron detrás de la grabación de las cintas del "Squdigygate", un escándalo que salpicó a la familia real británica.

Diana de Gales fue sorprendida en 1989, cuando aún era esposa del príncipe Carlos, enviando besos telefónicos a un supuesto amante, James Gilbey, que se dirigía a ella con el apelativo "Squdigy".

Según este testigo, fueron probablemente los servicios secretos los responsables de dichas cintas.

"Creo que las grabaciones internas fueron hechas probablemente por los servicios de inteligencia británicos (...) Probablemente tenían una buena razón para hacerlo", indicó Wharfe.

El ex guardaespaldas comentó que, "por alguna razón desconocida, estas conversaciones se difundieron en bucle para que los radioaficionados pudieran captarlas".

Wharfe apuntó que cree que los servicios de inteligencia sometieron a los miembros de la familia real a vigilancia, debido, en aquel momento, a la actividad terrorista del Ejército Republicano Irlandés (IRA).

Diana falleció junto a su último novio, Dodi Al Fayed, cuando el Mercedes en el que viajaban se empotró contra un pilar de un túnel parisino, cercano al Puente de Alma, el 31 de agosto de 1997.