El vestido, valorado en 30.000 reales (unos 17.000 dólares) fue el que llevó la brasileña en la última competición de Miss Universo, en la que quedó segunda clasificada tras la japonesa Riyo Mori, en una decisión que causó cierta polémica en Brasil.

La pieza, de satén italiano y cristales de la marca Swarovski, confeccionado por el estilista brasileño Alexandre Dutra, será subastada en favor de las obras sociales que lleva a cabo el Santuario.

"Vine aquí para agradecer varias gracias que recibí durante este año. El vestido tiene un gran valor sentimental para mí. Sería muy bueno si otras celebridades hiciesen lo mismo puesto que más entidades serían beneficiadas", dijo la modelo, según un comunicado que divulgó el Santuario.

Durante la misa, presidida por el arzobispo Raimundo Damasceno, Natalia prometió donar en 2008 al Santuario el traje que usó cuando participó en el concurso de Miss Brasil, que es un disfraz de mariposa que hace alusión a la fauna y ecología brasileñas.

El Santuario de Aparecida fue uno de los lugares que visitó el papa Benedicto XVI, cuando visitó Brasil el pasado mes de mayo.