Todavía hay gente que, por suerte, cree en las utopías y en la belleza que encierran. Este es, sin duda, el primer paso para cumplirlas. Brunello cree en la suya propia, a la que denomina "capitalismo humanista", y hace tiempo que demostró que es perfectamente aplicable. Para probarlo, y coincidiendo con la celebración de su 60 cumpleaños, este magnate del lujo discreto (el grueso de su riqueza se basa en sus prendas de cashmere) convocó a varios periodistas de todo el mundo a una cena en Solomeo, el pueblo que ha reconstruido y que encarna perfectamente su utopía.