Fue en un club del Soho, poco después de empezar las clases”. Lazaro Hernandez recuerda el día en que conoció a Jack McCollough, su pareja en lo personal y en lo profesional. Ambos estudiaban en Parsons, la prestigiosa escuela neoyorquina, y decidieron unir fuerzas desde el primer semestre del primer año de la carrera de Diseño.

Se llamaron Proenza Schouler, en homenaje a los apellidos de soltera de sus madres, y decidieron firmar así todos los trabajos de la escuela. En 2002, los famosos almacenes Barneys les compraron la colección de fin de curso que diseñaron a cuatro manos. Han leído bien. “De repente, nos piden cincuenta piezas, ¡cincuenta!, y la colección era un trabajo de graduación, es decir, la hicimos toda nosotros sin pensar en venderla.