El mundo de la moda cambia constantemente y para cada temporada indica los accesorios imprescindibles. Sin embargo, algunos artículos nunca pasan de moda. Entre ellos se encuentran los zapatos blancos. Todos tenemos al menos un par y los llevamos con orgullo tanto en invierno como en verano. Por desgracia, los zapatos blancos tienen un defecto. Se ensucian a la velocidad de la luz y suelen estar llenos de manchas amarillas muy difíciles de eliminar. Al menos hasta hoy.

Para eliminar las manchas amarillas de los zapatos blancos en pocos minutos, podemos utilizar 4 productos completamente naturales. Y nos sorprenderá descubrir que no estamos hablando de lejía y vinagre.

Uso de la pasta de dientes

Muchos de nosotros utilizamos la clásica lejía y vinagre para intentar limpiar nuestros zapatos blancos. Pero si no tenemos mucho cuidado, corremos el riesgo de arruinarlos para siempre. La lejía es un producto agresivo y su manipulación corre el riesgo de manchar todo. El vinagre, en cambio, no es adecuado para todos los tejidos.

La pasta de dientes podría ser nuestro mejor aliado para los zapatos de cuero. Evidentemente, debemos elegir uno de pasta blanca para no manchar más el tejido. Humedezca la zona manchada, frote bien con un cepillo de dientes y aclare después de eliminar la mancha. Déjalo secar a la sombra y ya está.

Líquido de lavavajillas y zumo de limón

Si tenemos zapatillas de lona blancas, podemos probar el detergente lavavajillas más suave. Un producto que nos permitirá eliminar las manchas amarillas y también los restos de aceite y grasa. Coge los zapatos y remójalos durante 45 minutos en un recipiente con agua y detergente. Aclarar y el problema debería estar resuelto. Para las manchas más resistentes podemos probar a aplicar detergente en la zona afectada y frotar suavemente.

Una buena alternativa entre los productos delicados es el zumo de limón. En este caso, sin embargo, debemos ser precisos y actuar directamente sobre la mancha. Vierte 10 gotas de zumo en un vaso de agua y remueve. Coge una esponja seca y moja una esquina. Lo único que queda es frotar el zapato suavemente hasta que se elimine el amarillo.