Las cortinas han sido siempre uno de los protagonistas de la decoración del hogar. Sin embargo, son también las grandes olvidadas en cuanto a la limpieza y el cuidado. Al estar colgadas en la ventana sin apenas tocar el suelo, parece que no puedan mancharse.

No obstante, el polvo se va acumulando con el tiempo y por ello es recomendable lavarlas como mínimo una vez al año. Esto es aún más necesario si tienes chimenea, vives con niños pequeños o personas fumadoras, o si en tu zona hay mucha polución.

Lo primero es revisar la etiqueta, para saber si las cortinas son lavables a máquina. En la mayoría de los casos, las cortinas son aptas para la lavadora, ya que suelen estar compuestas por materiales como el algodón, el polyester o el nylon.

Es importante retirar todos los enganches metálicos o accesorios que sujeten las cortinas, puesto que corren el riesgo de oxidarse, caerse por el tambor y causar problemas durante el centrifugado.

En cuanto al lavado, conviene utilizar un programa para prendas delicadas y agua fría. Se debe utilizar un centrifugado corto, para evitar las arrugas y que se estropeen las fibras.

Para el secado, volver a revisar la etiqueta y, si es posible, introducirlas en la secadora. Colgarlas extendidas en el tendedero puede resultar muy eficaz a la hora de deshacernos de las arrugas. Sin embargo, en caso de que el tejido sea delicado, te recomendamos que las planches a una temperatura suave para eliminar las arrugas más difíciles.

Con esta serie de consejos podrás disfrutar de tus cortinas y visillos impecables por mucho tiempo.