Construir casas de paja es una técnica ancestral que sin embargo entronca con la moderna bioconstrucción y que según los expertos resulta una alternativa al hormigón con garantías, asequible y ecológica.

El Museo de Educación Ambiental del Ayuntamiento de Pamplona ha decidido abordar esta cuestión dentro de su aula de sostenibilidad con el arquitecto bioclimático Iñaki Urkia ya que en Navarra hay ejemplos de estas edificaciones tanto de gran tamaño como de pequeñas cabañas.

Se trata de construcciones con balas de paja que disponen "de todas las garantías de habitabilidad" de las convencionales y de la ventaja añadida de que, a pesar ser un material en apariencia frágil, "la edificación puede preservarse durante 100 años sin problemas", dice este experto que ha diseñado ya varios proyectos.

Aunque una casa de paja trae al recuerdo un conocido cuento infantil, esta modalidad ha sido una realidad en distintas partes del mundo a lo largo de la historia y hoy en países como Alemania, Francia y Estados Unidos es una tipología mucho más extendida que en España.

Para este arquitecto navarro, en estos momentos hay un movimiento a nivel internacional que reivindica la vuelta a una vida en pequeños alojamientos con menos comodidades que los convencionales pero de una forma más cercana a la tierra.

Y la construcción con paja tiene la ventaja de que no obliga a erosionar el terreno ni a utilizar materiales nocivos, y que al mismo tiempo protege el entorno, ya que la paja y la madera son recursos vivos que absorben el CO2.

También, según Urkia, aporta una notable resistencia al fuego ya que desde que se declara un incendio hasta que las llamas penetran en la paja, transcurre una media de 90 minutos.

A todo ello el arquitecto añade que su precio es otro aliciente, ya que la paja es un material más económico que el hormigón y requiere menos inversión en mano de obra al hacer la edificación más rápidamente.

Como ventaja apunta asimismo que una casa de paja bien diseñada es cálida en invierno y fresca en verano pues regula bien la temperatura.

Tras calificar de sencilla la técnica de edificación, este especialista destaca que admite variantes, igual que en el aspecto estético, del que precisa que la paja nunca queda a la vista porque el tejado suele ser de madera para que la vegetación crezca en la cubierta, y porque las paredes se cubren con revocos de materiales como la tierra del lugar, el yeso o el estiércol de vaca.

A juicio de Urkia, con este material se puede hacer casi cualquier tipo de forma ya que las balas se moldean y se pueden corregir la mayoría de errores.