5 productos del supermercado que parecen sanos y no lo son

No te dejes engañar por las apariencias

5 productos del supermercado que parecen sanos y no lo son

5 productos del supermercado que parecen sanos y no lo son / Paula Ordóñez / Cedida

F. E.

En los nuevos tiempos, cada vez hay más personas concienciadas con llevar una vida sana y mantener una dieta saludable. Esto solo es posible haciendo una lista de la compra inteligente, con alimentos y productos interesantes a nivel nutricional y evitando los ultraprocesados y los productos con excesiva carga calórica.

Pero hay gamas de productos que utilizan cosméticos o recurren a indicativos engañosos para parecer saludables, cuando en realidad no lo son. Un ejemplo puede ser el pan con semillas. Estos productos incluyen semillas en las corteza, lo que da la falsa sensación de que son integrales, pero en realidad en su mayoría están elaborados con harinas refinadas y aceites vegetales poco interesantes a nivel nutricional.

Otros productos con los que deberías arquear la ceja son aquellos que incluyen la palabra "fitness" en su envase, porque resultan no ser nada "fit". Lo mismo con aquellos que prometen ayudarte a ir al baño. En realidad, están llenos de azúcares y edulcorantes perjudiciales para la flora intestinal. Sobre los productos con, aparentemente, mucha fibra, en realidad lo que tienen en abundancia son endulzantes.

Las masas para pizzas o empanadillas tampoco son nada recomendables. Las primeras, además, incluyen variantes con semillas, lo que nos hace remitirnos al primer apartado de este artículo. Toda esta gama de productos está elaborada con harinas refinadas y aceites vegetales poco recomendables.

Los refrescos llevan años apostando por el "0%" para intentar colarse en nuestras dietas. En cambio, lo que han hecho para eliminar el azúcar es incluir edulcorantes que favorecen la aparición de gases y otros perjucios para el sistema digestivo.

Por último, están las patatas congeladas que aparentemente solo contienen eso, patatas, pero en realidad incluyen también un alto porcentaje de aceites vegetales. Habitualmente es aceite de girasol, poco recomendable para ser sometido a temperaturas muy altas, como las que se alcanzan durante una fritura, pero las hay que incluso contienen aceite de palma. En este caso, nada mejor que comprar patatas naturales y cortarlas y freírlas en casa.

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