Frozen, El Rey León, Encanto, Solo en Casa... Si tienes hijos pequeños, sabrás lo que significa ver la misma serie o película una y otra vez, casi de forma compulsiva.

Cuántas veces habrás dicho eso de "¿Pero en serio no te cansas de ver siempre la misma?". Pues no, no se cansan, y no es casual sino que tiene una explicación que convierte en beneficio lo que aparentemente no tiene explicación.

Estos son las cusas y los beneficios que se esconden detrás de esta práctica de la que casi ningún niño se escapa.

  1. El cerebro de los pequeños aprende a través de la repetición. Pasa con las películas, pero también con las canciones o los cuentos. Sirven de una especie de patrón a modo de cadenas de significado que cada vez descifran mejor.
  2. Descubren nuevas palabras que en el visionado anterior todavía no comprendían.
  3. Comprenden mejor los argumentos y el hilo conductor de una película en la que en un primer visionado aún no saben colocar en su cerebro.
  4. Saben lo que va a ocurrir en cada momento y eso les refuerza, por un lado, y les relaja, por otro.
  5. En cada nuevo visionado descubren algún detalle nuevo que en el anterior no vieron.
  6. Llegan a saberse de memoria hasta el diálogo y, por supuesto, las canciones: eso les convierte en un pavo real, orgulloso de su hazaña.

Niños y pantallas

Un uso excesivo de las pantallas también pueden perjudicar a la salud física de los niños. Un estudio publicado en la revista Pediatrics Obesity demuestra cómo los niños estadounidenses de edades de 9 y 10 años que hacen un mayor uso de las pantallas tienen más probabilidades de aumentar de peso un año después. Según uno de los investigadores del estudio, los factores de obesidad y pantalla se relacionan porque "el tiempo frente a la pantalla es a menudo sedentario y puede reemplazar el tiempo para la actividad física. Los niños están expuestos a más anuncios de comida y son propensos a comer bocadillos y en exceso mientras se distraen frente a las pantallas".

La Academia Americana de Pediatría también señala la obesidad como una posible consecuencia del uso excesivo de las pantallas, así como añade otros factores como complicaciones para conciliar el sueño, problemas en el ámbito escolar o comportamientos de riesgo en un futuro. Lo de siempre: todo, con medida y sentido común.