Tienes el lavavajillas a tope, abres el armario donde tienes las pastillas y ... ¡no queda ni una! La bombilla se enciende: ¿Y si le echo un chorrito de Fairy? ¡Error! Espanta la idea de tu cabeza porque si lo haces, el corres el riesgo de convertir tu cocina en una fiesta de la espuma.

Hay quien asume el riesgo así que si eres de este grupo de osados, recuerda: un par de gotas del tamaño de un grano de arroz porque si te pasas en la dosis, el daño será irreversible. Aún así, el fondo de tu lavavajillas quedará lleno de espuma, por poco que eches, así que valora si te merece la pena salir a comprar al supermercado y esperar a poner en marcha tu electrodoméstico.

El lavavajillas es uno de los electrodomésticos más utilizados de la casa. No en vano nos ahorra muchísimo tiempo después de comer o de cenar, pero hay que saber utilizarlo. No es bueno ponerlo mucho ni gastar mucho agua ni dinero en luz. Por muy cómodo que sea.

Una copa reluciente tras el lavado. SHUTTERSTOCK

En los últimos días en varios foros de limpieza se ha hablado de la necesidad de secar después los platos. Muchos usuarios de las redes sociales se quejan de que sacan los platos demasiado mojados. Pues bien, hay dos trucos: el primero es intentar dejar media hora cerrado el lavavajillas en cuanto acaba para que el vapor acabe con el agua. El segundo es colgar un trapo en la puerta del electrodoméstico durante otra media hora. Así el paño podría coger toda la humedad.

Algunos consejos para que tu vajilla salga impecable

  • No colocar una carga excesiva

Sobrecargar el lavavajillas no es una buena idea. Aunque pretendamos ahorrar tiempo y consumo energético, si ponemos más piezas de las que el electrodoméstico es capaz de soportar, el resultado será una vajilla no suficientemente limpia, lo que nos puede obligar a activar un nuevo programa o a un fregado a mano.

Un lavavajillas.

  • No colocar la vajilla de forma equivocada

Las bandejas del lavavajillas están diseñadas para colocar las piezas de una forma concreta. Amontonarlas sin orden o ponerlas una encima de otras volverá a tener como resultado una limpieza deficiente. Generalmente, los utensilios más pequeños o delicados se colocan en la parte superior y los más grandes en la inferior.

  • Utilizar el detergente y el programa adecuado

Para que la vajilla quede limpia, hay que acertar con el programa, seleccionado en función del nivel de suciedad, y también con la cantidad de detergente. Quedarnos cortos o pasarnos será de nuevo contraproducente.

  • Revisar el filtro

Con los usos, el filtro puede ensuciarse y llegar a obstruir el sumidero. Para que esto no pase, es necesario revisarlo y limpiarlo periódicamente. También es recomendable limpiar la cal y la grasa que se puede acumular en el interior del aparato.