L as religiones se propagaron a lomos de asno. Las ideas de la democracia viajaron en tren de vapor. Cuando las ideas no necesitan ni el soporte de una octavilla, la idea de la semana va en bus.

Abrieron la marcha la vulva y el pene infantiles en manos de lo más oscuro del catolicismo. Les sigue Podemos, que deja en la cochera la idea de la Casta y pone a circular la Trama, visión transversal de los negocios del bipartidismo gobernante.

El principal reparo a los autobuses de ideas no es la libre circulación del pensamiento sino la circulación misma. Si a lo que ya rueda y contamina se suma el transporte público de ideas alcanzaremos la velocidad cero y la polución cien.

No se justifican los autobuses que transportan una idea cuando se quieren limitar los vehículos con una persona.

Si los buses se generalizan ni las ideas ni las personas irán a ninguna parte. Si coinciden en una glorieta el pene infantil de los carcas, la trama de la coleta, el bus del coche con el que Pedro Sánchez recorre España, el autocar del Imserso socialista de Susana Díaz y el microbús de Patxi López no llegas al trabajo.

El debate de ideas en el carril bus puede hacer que FAES eche a rodar el autocar donde "España va bien" y circule como ha dicho, en nombre de la libertad, que le gusta hacerlo a José María Aznar: sin controles de velocidad y sin que le digan con cuántas copas de vino. Y vuelta al lío otra vez, a ver qué empresa ploteó, alquiló y explotó los buses y qué une la campaña política y la financiación del partido y sus cargos.