Ni princesas, ni almirantes. Los niños sólo quieren seguir siendo niños y disfrutar de uno de sus días más esperados, su primera comunión. Por eso, los vestidos de lorzas y los trajes de cargos de la Marina son cada vez menos demandados para estas ceremonias. Los pequeños de la casa quieren sentirse cómodos y ser ellos mismos en su fiesta, y eso de verse disfrazados les gusta cada vez menos.

Por eso, la moda de comunión está cada vez más cerca de las tendencias actuales, tanto del mundo infantil como de adultos. Adiós a los tejidos abullonados, a las capas de organza y los cancanes. Adiós a las medallas de honores, a los zapatos duros y a las prendas más ajustadas. Hola a los algodones, los cortes que dan libertad al movimiento y "el todo es posible". Pero ir cómodo no es incompatible con ir guapo, y por eso, las firmas dedicadas al diseño de trajes de ceremonia para niños están abriendo un mundo nuevo de posibilidades para que cada uno encuentre su estilismo perfecto.

Para ellas, triunfan los vestidos túnica de aires folk, los trajes pantalón, los complementos de colores, los jerséis combinados con faldas, los tocados y coronas de flores, las maxilazadas y los escotes en la espalda. Para ellos, reinan las bermudas por debajo de la rodilla, el traje de marinero reinventado en algodón o lino, las blazer y casacas con tejido tipo denim y las pajaritas.

Las firmas en las que se pueden encontrar trajes de comunión diferentes han crecido como la espuma en los últimos años, porque saben que las comuniones ya no tienen nada que envidiar a las bodas. Una de ellas es Labubé. Para este verano, opta por jerséis con volantes sobre vestidos túnica llenos de encaje, cuerpos de nido de abeja, siluetas que se ajustan bajo el pecho con lazos de colores o que bajan hacia la cadera, creando un efecto ablusado en la parte superior.

Rubio Kids da un paso más y convierte una de las tendencias nupciales más "in" del momento, la novia con pantalones, en su apuesta para las comuniones. Su propuesta para niñas ya no es el traje de princesa que se coloca encima de la tarta de pisos. Propone trajes chaqueta de corte masculinos, en versión bermuda o largo. El blanco es el color rey, pero con brocados que crean efectos de luz. El look se completa con una camisa clásica y unas bailarinas. Para dulcificar el estilismo, una corona de flores es una buena opción. Los niños se visten de marinero, pero con casacas de aire sport y en las que el tejido denim cobra protagonismo. Los bajos de los pantalones se doblan, como manda la calle y la pasarela.

Marta del Pozo y su colaboradora, la también diseñadora Lucía Incera, han creado para esta temporada una colección "hippie, con aires folk". Respetando la esencia de su firma, que es el trabajo con los tejidos naturales, "le dan un toque más fresco y renovado a los vestidos clásicos de comunión", explican. En sus diseños para niño, la firma reinventa el traje de niño marinero. "Respetamos el corte, pero utilizamos tejidos más novedosos y actuales, como el lino". En cuanto a las niñas, dejan de lado el vestido de lorzas y optan por "piezas de algodón bordado a mano" con cortes más fluidos y siluetas tipo columna.

Las casas Teresa y Leticia, Rosa Clará y Teresa Palazuelo se suman a la moda del corte imperio, creado con lazos de tonos pastel y en los que los cuellos y las mangas se llenan de detalles. Nanos también deja atrás los convencionalismos y viste a sus niñas con vestidos midi de mangas de plumeti y a su niños con bermudas de rayas, blazer vaqueras y pajaritas. Diseños pensados solo para divertirse.