Los herederos del arte flamenco de nuestro país, Antonio Carmona y Rosario y Lolita Flores, se unieron para actuar sobre el escenario marbellí de la Cantera de Nagüeles. Rosario ha vuelto de América Latina, donde ha promocionado «Raskatriski», un álbum de sonidos gipsy-funky

-Acaba de regresar de América. ¿Con qué se queda de allí?

-América la he trabajado muchísimo, casi como España. Y tengo mi público que me sigue y me recibe con un cariño inmenso.

-Para su profesión, ¿qué le ha supuesto haber nacido en una familia de grandes y reconocidos artistas?

-Cuando comienzas te exigen más, porque por ser hija de Lola Flores siempre esperaban más de mí, tener un poco de calidad por lo menos. Al principio cuesta. Desde que salí con el disco «De ley» y di mi verdad al público, las cosas me han ido bien. Y todo eso se lo debo a esa bomba explosiva de arte que eran mis padres. Dos artistas increíbles y muy generosos.

-¿Es «Raskatroski», su último disco, puro Rosario, el más suyo?

-No es el más, porque al final todos tus discos son tuyos, tienen mucho de ti. Sí es cierto que cada uno de ellos corresponde a unas vivencias personales. Por ejemplo, cuando me pongo «De ley» vienen a mi mente recuerdos de por qué hice esa canción y son momentos muy bonitos. Cada álbum refleja distintas situaciones de mi vida. A todos les pongo la misma ilusión y la misma verdad. O al menos esa es mi intención.

-¿Se podría decir que ha tenido una inspiración como recibida de su hermano Antonio en «Raskatriski» ?

-Para «De ley» encontramos canciones firmadas por los dos. Siempre compuse un poquito. Desde que mi hermano se fue, yo comencé a coger más la guitarra para componer. Así nació mi primera canción: «Qué bonito». Me abrió las puertas y me dio fuerzas para seguir. Mi hermano me ha inspirado en todas las canciones desde que se fue. Ojalá que de verdad estuviera a mi lado y lo sintiera tan claro.

-Habla de su primer disco, «De ley», del que se cumplen ahora 20 años. ¿Qué es lo mejor y lo peor de todo este tiempo?

-Lo mejor es mantenerme, que creo es lo más difícil de conseguir. Tener mi público y haber podido grabar más de diez discos. Lo peor está en todos esos viajes que hacemos y el poco tiempo que disfrutas de la familia.

-¿Ha ganado y perdido algo?

-No, en la balanza siempre se gana. Al menos en mi caso yo he ganado. He podido vivir de mi música, cantar y hacer sentir a la gente. Que haya personas que me digan «me he enamorado con tu música» o «no sabes como me ha ayudado tu música»... Esas cosas son las que más importan porque considero que esa es la verdadera meta de cualquier cantante.

-En Twitter su versión de «Love me do» fue trendic topic. ¿Ha afectado ese ruido a la promoción del single?

-Yo creo que no. En la música no podemos pretender gustar a todo el mundo. Esto es así, no podemos cambiarlo. Algo puede gustar o no gustar y no hay más. Ahora, distinto es decir que una cosa es buena o es mala. Eso sí que no se puede decir.

-¿Son las nuevas tecnologías grandes incomprendidas en la música?

-No, ayudan mucho a la música. Ahora mismo es, de hecho, la tecnología en la música lo que está más de moda.

-¿Y no cree que está acabando con la industria musical?

-No, simplemente estamos viviendo un momento de cambio. Hasta que eso se arregle estoy convencida de que la música sobrevivirá porque es universal e infinita. Siempre estará en nuestras vidas, porque si no, qué tristeza de vida sin música. Este cambio de la industria musical hace que lo estemos pasando un poco mal, pero hay que tener una mente optimista. Todo se arreglará, tardará más o menos, pero se arreglará.

-¿Cree que se le está dando la espalda a la industria cultural?

-Bueno, con las necesidades que tienen los españoles la música se ha convertido en un lujo, por eso anda así este sector. Hay cosas más importantes. Tenga en cuenta que hay gente en la calle, sin trabajo y sin dinero. Hay prioridades, y ahora muchas cosas deben arreglarse antes de que se fijen en nosotros los músicos.

-¿Le afecta la crisis?

-En la música la estamos viviendo desde hace diez años con todo el tema de la piratería, y vamos sobreviviendo. No obstante, la música es nuestra vida, por eso no me cabe la menor duda de que estaremos ahí; vaya bien o vaya mal.

-¿Estamos perdiendo la confianza?

-Eso nunca. Que no se nos quite la alegría. Hay que luchar y ser optimistas. Vamos a salir adelante porque los españoles somos fuertes y luchadores. Y si hay algo que el español no perderá nunca es su alegría de vivir.

-Habla de seguir trabajando para cumplir su sueño de ser una gran artista. ¿Cree que aún no lo es?

-Me queda mucho camino por delante. Veinte años de carrera no son nada. Me siento muy joven. Siempre digo que me gustaría ser como Mick Jagger, estar cantando muy arrugaíta en un escenario, con el mismo nervio que tengo ahora.

-Pero mucho más guapa.

-Gracias. Pero si tengo la fuerza de Jagger, bienvenido sea.

-¿Hay que cometer locuras de vez en cuando?

-Las locuras pertenecen más a nuestra adolescencia, aunque sí que está bien cometerlas, pequeñitas, claro. Siempre le vienen bien al alma.