Joe Kennedy, Bill Clinton, Al Gore, John Kerry y, en la actualidad, Barack Obama. Los consejos electorales de Juan Verde Suárez se cotizan muy alto en el salto a la Presidencia de Estados Unidos. Este canario de 40 años, licenciado en Políticas por la Universidad de Boston y máster en Administración Pública por la de Harvard, inicia con fuerza la campaña para la reelección de Obama en los comicios presidenciales de noviembre de 2012. Trabajará desde Orense, donde ha fijado su residencia tras casarse con Tiziana Domínguez (hija menor del diseñador gallego), para que Obama salga reelegido.

-Es ya su quinta campaña en EE UU como asesor.

-Sí. La quinta en la que trabajo. Esta es única, porque vamos a hacer algo que no se había hecho nunca: una plataforma global para movilizar a los siete millones de norteamericanos que viven fuera. Viajaré constantemente a Europa y a Asia. Se trata de buscar su voto y también financiación.

-¿Qué supone ser uno de los hombres de confianza de Obama y estar a su lado?

-Que el presidente me haya pedido personalmente este esfuerzo es un gran honor y un gran avance en mi carrera.

-¿Qué tal van las donaciones teniendo en cuenta que las elecciones serán dentro de un año?

-Le podrá sorprender, pero en lo poco que llevamos de campaña ya han donado dinero más de un millón de norteamericanos, con una contribución media de 100 dólares. El sistema es muy distinto del de España. Allí todo el mundo quiere participar, aunque sea con cinco dólares o aportando su tiempo a la campaña como voluntarios. Quieren aportar su granito de arena, como parte de la democracia. Lo ven siempre positivo.

-¿Es crucial el voto hispano?

-Más que nunca. Hay 50 millones de hispanos en el país (con 300 millones de habitantes en total). Desde un punto de vista estratégico, viven en los estados más poblados: Florida, Nueva York, Illinois, Texas y California. Ningún presidente puede ganar las elecciones sin vencer en al menos tres de ellos. Por lo tanto, el porcentaje de voto hispano puede ser el margen que le dé la victoria a un candidato o a otro y, por ello, decisivo para que Obama repita.

-¿Cuenta que usted sea canario o, dicho de otra manera, hispano para su misión?

-Soy parte de un equipo. Obama quiere gente con experiencia en campañas anteriores, que sepa de lo que habla. Busca objetividad, capacidad de análisis y agradece que le aportes tu criterio personal. Confía mucho en él y en su equipo.

-¿Qué es lo más difícil para un asesor?

-Se trata de crear estrategias para que el mensaje llegue a cada grupo o segmento. No es lo mismo un cubano que vive en Miami que un puertorriqueño de Nueva York o un mexicano en Texas. Cada uno tiene sus intereses. Por otra parte, los norteamericanos que viven fuera normalmente tienen un poder adquisitivo superior, están muy informados y les interesan mucho la política internacional y el comercio. Es un perfil bien diferente del de un ciudadano de Montana. El país es muy complejo, porque hay mucha gente, y el mensaje ha de ser distinto. ¿Mi trabajo? Recordarles lo que Obama ha hecho por ellos y que probablemente con un candidato republicano les iría mucho peor.

-¿Cuántos son en el equipo?

-Unos 200 los profesionales más cercanos, pero en la campaña participan hasta un millón de personas, con voluntarios y activistas. Son cifras que se escapan en Europa.

-Obama dijo hace unos días que le preocupa la situación de Europa.

-Es un asunto crítico e importante. Quiere una Europa fuerte y unida que ayude a salir de la crisis. Son las dos economías más importantes del mundo. Unidos representamos el 11 por ciento de la población, pero el 52 por ciento del PIB mundial. Ni EE UU puede salir adelante sin Europa ni Europa sin EE UU. Nuestros destinos están atados. Dependemos el uno del otro.

-¿Por qué ha caído la popularidad de Obama?

-Sus índices de popularidad han bajado. Creo que tiene que ver con que ha decidido enfrentarse a grupos económicos muy poderosos en EE UU. Por ejemplo, hemos logrado la reforma sanitaria, algo que no se logró en 70 años. El «lobby» de la sanidad se gastó 900 millones de dólares en intentar frenar esta reforma. Igual ocurrió con el mecanismo de control en el sistema financiero, que no se hacía desde la Gran Depresión. Nos enfrentamos con los bancos.

-Pocos han cumplido como usted el sueño americano.

-Vengo de una familia humilde de Canarias. Jamás pensé que trabajaría para la Casa Blanca. En EE UU no importa cómo te llamas ni de dónde vienes. Interesa lo que puedes aportar a una empresa, a una campaña o a la Presidencia del país.