El director de la Real Academia de la Historia (RAH), Gonzalo Anes, eludió ayer pronunciarse sobre la petición del Gobierno de que se rectifiquen «de inmediato» las entradas del Diccionario Biográfico que carezcan de rigor científico, pero sí aseguró que la polémica obra, sobre todo en lo que se refiere a Franco, apartado elaborado por el medievalista Luis Suárez, «es un monumento a la libertad de expresión». «En el diccionario no se censuró a nadie. Hay un abanico de biógrafos de todas las ideologías habidas y por haber», afirmó Anes en declaraciones a «Efe». El máximo responsable de la RAH se negó a comentar la reconvención del Gobierno, ya que, dijo, espera que sea el pleno de la Academia, que se reúne los viernes, el que «decida contestar lo que proceda, si es que procede contestar algo».

No obstante, recordó que, como se dice al principio de cada volumen, «las biografías pertenecen a los biógrafos y la Academia, aunque haya aspectos de cada texto de los que disienta, no por eso se siente autorizada a hacer la censura de las biografías, aunque sí garantiza la exactitud de nombres y fechas». Anes se refirió al acuerdo que adoptó el pleno de la Academia el viernes pasado, en el que se reconoce que algunas de las 43.000 entradas del Diccionario Biográfico admiten un «planteamiento historiográfico» distinto, que debe ser incorporado «con la mayor celeridad posible».

«Como toda obra histórica, el Diccionario Biográfico Español está abierto a la crítica, a su consideración rigurosa y a los enriquecimientos y cambios que procedan», se afirma en ese comunicado que, por ahora, contiene la última posición de la Academia en torno a una obra de la que aún no se conocen 25 volúmenes.