Practicar vela, esquí alpino, ciclismo, golf, tiro con arco o incluso senderismo está, desde hace diez años, al alcance de las personas con discapacidad, ya sea sensorial, física o intelectual. Y todo gracias a la Fundación También, que trabaja por la integración de personas a través del deporte adaptado.

Zamora fue la ciudad elegida este fin de semana para que un grupo de treinta discapacitados, acompañados por familiares, amigos y voluntarios, disfrutara de actividades de ocio y cultura por la provincia, entre ellas, una ruta en piragua adaptada por el río Duero a su paso por la ciudad, saliendo del embarcadero de las aceñas de Olivares.

«No se puede entender integridad si lo que se hace es una especie de gueto con actividades exclusivas para las personas con discapacidad, por eso las salidas siempre se hacen con la pareja, los padres, amigos y un grupo de voluntarios», explica Raquel Álvarez, responsable de coordinación de la fundación.

Pilar Alfaro ejerció este fin de semana de voluntaria por primera vez para la asociación. Y no será la última. «La experiencia ha sido buenísima, de naturalidad, de integración y de superación. Creo que ellos nos enseñan mucho más a nosotros que a la inversa», asegura a la entrada de las aceñas de Olivares, en cuya recuperación se ha tenido en cuenta la accesibilidad para las personas discapacitadas, algo que todavía es una asignatura pendiente.

Así opina la directora y fundadora de la asociación, Teresa Silva. «En el tema de las barreras arquitectónicas, parece que la sociedad todavía no se acaba de concienciar. Tampoco se terminan de reconocer nuestros derechos, como, por ejemplo, el respetar las plazas reservadas para minusválidos. La gente que aparca ahí no se da cuenta de que te pueden amargar el día, además de ser una tremenda falta de respeto».

Según los integrantes de esta particular excursión a Zamora, la ciudad ha ganado en accesibilidad gracias a las obras municipales de los últimos años. «Conozco Zamora porque ya vine hace años, pero no la recordaba tan bien adaptada para nosotros», afirma Soledad Lara, quien, acompañada por su hijo, participa en las actividades de la asociación desde hace cinco años. «Es la única forma que tengo de hacer deporte adaptado. Gracias a la fundación he podido practicar, por primera vez, ciclismo o piragüismo. Siempre me engancho a todas estas oportunidades porque a mí me habría gustado ser deportista y de esta manera me quito la espinita». Una auténtica «todoterreno», ya está pensando en realizar el Camino de Santiago en octubre, puesto que la asociación tiene organizada esta salida coincidiendo con el puente de la Hispanidad.

Su amigo Emilio Alonso, quien perdió la vista hace cinco años, tampoco ha perdido el tiempo. «Conocí la asociación hace un año por mi amistad con la familia Fernández Ochoa, que colabora con ella. Antes yo era muy deportista, así que he aprovechado para hacer vela, esquí y hasta el descenso del Sella. Me estoy poniendo ciego a hacer cosas», comenta con una sonrisa.

Y es que si algo no falta nunca en las excursiones que la Fundación También realiza por toda España es el humor. Además, estas salidas sirven no sólo para hacer deporte, sino también para conocer la ciudad, su cultura y también su gastronomía. De la zamorana, han quedado más que satisfechos.

Pertenecer a esta asociación normaliza la vida social de estas personas. «Para mí ha sido un punto de inflexión en mi vida y estoy muy contento. Todo lo que hacen es maravilloso y hay muy buen rollo. Además, de otra manera no tendría medios para practicar todos estos deportes», comenta Luis Miguel Sánchez, que lleva seis años en la asociación.

En Zamora, la empresa Zamora Natural ha sido la encargada de organizar esta actividad. Su responsable, Antonio Campesino, reconoce que la experiencia «es una auténtica satisfacción personal. Estas personas te lo agradecen todo de otra manera».

La directora de la Fundación También, reconoce que, a pesar de todo, «las cosas avanzan y hay más sensibilización, además de que disponer de las mismas oportunidades en todos los planos se ha convertido en una obligación».