Jesús Neira explota. El profesor hizo ayer unas incendiarias declaraciones mientras la Comunidad de Madrid daba luz verde a su destitución al frente del Observatorio regional contra la Violencia de Género. «Si no puedo pegarme un revolcón con una señora y tomarme una cervecita, no quiero vivir», dijo Neira a Antena 3 poco antes de ser destituido por negarse a dimitir. ¿El motivo? Haber sido condenado el pasado lunes, en un juicio rápido, por conducir triplicando la tasa de alcohol permitida.

Neira, al que sustituirá la vocal Concha Sierra, afirma que lo único que quiere ahora es «volver a tener la vida que tenía» antes de la agresión que sufrió en agosto de 2008 por defender a una mujer a la que estaban dando una paliza.

Dice que su destitución le ha dejado «aliviado», porque cree que «un profesional en España no debe tener ningún tipo de contacto con la política». De hecho, España es un país del que quiere irse «desde hace muchos años». ¿Y por qué? Porque «si los hijos de Satanás volasen, en este país no veríamos la luz del sol».

En la entrevista, Neira se compara con un «punching ball». «Primero han querido utilizarme, después han querido neutralizarme y a continuación las patadas que iban dirigidas a Esperanza Aguirre las daban en mi trasero», explica. «Alguien debía haber pensado que yo iba a ser una muñequita de ocasión, pero les he salido rana».

«Este jueguecito llega un momento en que te harta, te cansa y uno dice: "Casa, ¿qué se debe?" Y adiós muy buenas». Así que el profesor tiene claro que ha sido utilizado por la clase política, a la que ha fallado. «Pero no he fallado a las mujeres maltratadas, lo que no se puede es estar pendiente todos los días de lo que diga la gente, por eso estaba harto del cargo», dice.

Se reconoce «muy dolido» y admite «haber fallado». «Yo acepto el cargo porque por, primera vez en mi vida, que yo no tenía ni idea de que un sujeto pudiera golpear brutalmente a una mujer, entro en contacto con mujeres que estaban sufriendo este disparate», explica en otro momento de la entrevista.

«Y consideré que si podía hacer algo por ellas era un deber moral hacerlo», relata. Pero no formo parte de ningún partido político ni administración, y, por supuesto, no me acuesto con Esperanza Aguirre», apostilla.

Respecto a las actividades del consejo asesor del Observatorio, que él presidía hasta ayer, Neira asegura que «ninguno de sus miembros tenía un sueldo asignado, solo unas dietas que suponían unos mil euros cada vez que se celebraba una reunión, un par de veces al mes». «Pero además de las reuniones del consejo tenía otras actividades, visitas a centros de menores, casas de acogida, presentaciones, que suponían cuatro o cinco horas de dedicación para los miembros del consejo, y eso no se pagaba», explica.

Neira insiste en ser inocente del delito contra la seguridad vial por el que fue condenado a una multa de 1.800 euros y a la retirada del carnet durante 10 meses.

«Yo he salido del hospital y tengo unos informes médicos que dicen que tienes vida normal dentro de las limitaciones, la rehabilitación... Tengo que tomar unos medicamentos, y no soy médico, ni químico, ni biólogo, y no me puedo pasar el día preguntando qué componentes lleva cada cosa. La pauta médica dice que puedo tomar dos cervezas o una copa de vino, y es lo que yo bebí», relata Neira en la entrevista concedida a «Espejo Público», de Antena 3.