Si tuviera que poner un negocio lo pondría en Santa Clara. Si San Torcuato fuera peatonal, me lo pensaría dos veces. Por eso no entiendo que algunos comerciantes de San Torcuato y la zona de San Andrés y El Riego estén en contra de hacer peatonales sus calles. Me parece que en este caso sería muy fácil hacer la prueba del algodón. Que froten a los dueños de establecimientos de Santa Clara para ver si desean que vuelva a abrirse al tráfico. Seguro que le sacarán un brillo de ira en los ojos.

Un comerciante asegura en este diario que en los últimos años el comercio en la calle San Andrés ha descendido un cincuenta por ciento. Razón de más para intentar revitalizarlo con otras opciones. De perdidos al río. Digo yo. Ahora han hecho una plataforma para lo que ellos llaman "evitar el cierre" de sus pequeños negocios. El objetivo se centra en que todo siga igual. No. No lo entiendo.

Me parece un contrasentido. Dicen una cosa y a la vez hacen la contraria. Nuestro comercio se muere, ha bajado su volumen el cincuenta por ciento y por eso hago una plataforma para que todo siga lo mismo (¿). No me gustaría a mí ser dueño de un establecimiento en esa zona. Siguiendo esta teoría estaría abocado a desaparecer en otro puñado de años.

Si San Torcuato se hace peatonal, el primer efecto que se verá será el aumento del valor de los negocios. Nadie se asienta en una calle donde tienes que caminar por la acera de lado para que no te golpee el retrovisor de un coche. No puedes mirar a un escaparate so pena de que el que viene de frente te abrase con la colilla.

Yo personalmente conocía poco la zona de San Andrés. Las obras me han obligado a pasar por allí y he descubierto una zona maravillosa a la que nunca había ido precisamente por eso, por la incomodidad que el tráfico suponía. En el argumentario hay quien dice que en época de matanza si no se lleva coche no se puede comprar el gorrino. ¿Cuántas carnicerías hay?

Dicen que la peatonalización sólo favorece a las multinacionales. Ojalá en sus inmediaciones se instalara un Corte Inglés. Está demostrado que a la sombra de grandes superficies florecen los pequeños negocios. El Corte Inglés de Preciados, en Madrid, es responsable de que miles de personas estén en contacto con cientos de tiendas que están a su vera. Y viven. Y sobreviven. Y funcionan a las mil maravillas como prueban los alquileres astronómicos que se cobran por metro cuadrado. Rolf Monheim, estudioso del fenómeno peatonal, explica que "una ciudad sin áreas peatonales parece anticuada". Según él, este modelo de calle parece el único capaz de competir con las grandes superficies periféricas. Las zonas peatonales son un remanso para el turismo emergente que algo trae y algo lleva.

En cualquier caso, tampoco tiene por qué hacerse un cierre hermético al tráfico. Hay medidas intermedias. Sinceramente, yo creo que si pierden esta oportunidad seguirán sumidos en el pasado y abocados a perder el otro cincuenta por ciento de clientes que aún les queda. De otro lado y siendo importante el comercio, que lo es, los ciudadanos también tendrán algo que decir al respecto.

El ciudadano y no el comercio es el auténtico dueño de la ciudad y su destino. Si él opinara me temo que a partir de ahora se vería mucha suela en el piso de San Torcuato. Conciliar es un bonito verbo. Concíliense todas las posturas.