Vaya niebla. En un canal de la tele, entre exagerados y líricos, dicen que buena parte de España está a media luz. Y al menos donde andamos el lector y yo, sí que sí; no se ve un burro a tres pasos. Y ese ambiente opaco, frío y desapacible se te acaba trasladando al interior. De modo que ves niebla mires hacia donde mires.

Niebla y más niebla veo al mirar al PP. No digo el local sino todo él, la organización de Rajoy. Resulta significativo el estupor que se les escapa al líder y a la "lideresa" ante la evidencia de que la "muerte" de Gallardón ha sido noticia de más de dos días, de más de tres, de más de una semana. Me pregunto si tras la cortina de niebla que se ha instalado en la mirada de ambos habrá sitio para una mínima pero creciente duda: ¿Y si nos equivocamos? ¿Y si hemos "matado" al único que garantizaba un futuro al partido? Aunque no es probable, no, que esa niebla levante lo suficiente como para que los mentados vean tan allá. Si acaso más tarde, cuando sea ídem, cuando les llegue la claridad con una derrota del alcance de la sufrida por Almunia cuando fue candidato hace ocho años, previa "muerte" del candidato Borrell, el que querían las bases y los votantes...

Niebla y más niebla veo en torno al PSOE. Su líder, siempre osado, aún osa más desde que está rodeado por la previsible camarilla de loros repitiendo, uno tras otro, lo que suponen que él querrá oír. Por eso se ve a un Zapatero cada vez más nebuloso, esdrújulo y confiado. Le han convencido de ese aserto no demostrado que repiten en cada contienda política: las elecciones no las gana la oposición, las pierde el Gobierno. Y el Gobierno, cree su presidente, no va a perderlas, porque apenas ha cometido algún error sin mayor importancia, frente a una montaña de aciertos. No es que sea así, no. Es así como él lo ve, porque como todo presidente deja de ver, cegado por la espesísima niebla de elogios que a todos acecha en Moncloa. Si en marzo vuelve a ganar, nunca sabrá que hubo niebla: dirá que él lo veía con claridad. Si pierde, tardará años en comprender y aceptarlo, como les ha pasado a otros antes.

Vaya niebla la de estos días. No solo no deja ver. Tampoco permite que entren los rayos del sol. Y ya veis cómo afecta: solo nos vemos la punta de la nariz y no quitamos el frío ni a la de tres. A ver si levanta y vemos o ven lo que de verdad está pasando a nuestro alrededor.

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