Nos decían que el cacharro llamado libro iba a desaparecer aunque se mantendría la acción de leer en otros soportes. Después de la primera pena y de un esfuerzo racionalista empezamos a verle la ventaja a un hogar con la misma cantidad de literatura y conocimiento y con más espacio, menos ácaros y más minimalista, como impone el precio del metro cuadrado. Pero el libro sigue siendo el mejor reproductor portátil y con wi-fi y la mejor consola de poesía, novela y ensayo. El Mp3 sí ha logrado para la música lo que no se consigue para la lectura: tus 4.000 principales caben en un escapulario.

En contra del pronóstico, el ocio casi inmaterializado -las películas, los videojuegos- sólo sirve para vendernos trastos. Desde los años ochenta he querido tener en casa, para un apuro, la película de Billy Wilder "Primera plana", que me hace reír sobre mi oficio. La he comprado tres veces para no tenerla. En Beta, en VHS y en DVD. "Comming soon in Blu-Ray". Cada vez que un hijo quiere un videojuego nuevo es a costa de comprarle una consola que lo ejecute. Siguiendo el duro y acelerado darwinismo del mercado tecnológico, en el que vence el que almacene más información, sea más caro y menos compatible (más que cadena hay una sucesión de saltos evolutivos), la wii de Nintendo es la consola para los que no contamos con la ventaja evolutiva tecnológica del pulgar oponente jugador. Por eso la desdeñan las generaciones "pulgar habilis". Adapta juegos conocidos a la empuñadura del hacha de silex sin encallecer las yemas de los pulgares. Con ella llegarán a jugar con el fontanero Super Mario los de pulgar torpe que también quieran salvar princesas.