Debo de ser, oye, un raro o un inadaptado social, porque sigo sin comprender cómo puede ser que funcione el fenómeno de las rebajas. Todos los años, quiero decir, en cuanto acaba la Navidad, en cuanto pasa Reyes, y suspiramos aliviados porque hemos logrado sobrevivir, cuando menos económicamente, resulta que llegan las rebajas dispuestas, diríase, a dar la puntilla a tu agonizante cartera.

- Mira, cariño, ahora es cuando hay que salir a comprar, porque todo es más barato y así ahorramos mucho dinero. Así que ya puedes empezar tú mismo a renovar un poco el vestuario, porque pareces de las órdenes mendicantes.

Eso te suelta de pronto la socia conyugal, cuando aún estás pensando en cómo pagar las últimas deudas navideñas cargadas con alegría a la tarjeta de crédito.

- ¡Pero si apenas nos ha quedado para llegar a fin de mes! ¿De dónde se supone que vamos a sacar...?

- ¡Mira que eres agarrado! Anda, ráscate el bolsillo y vete a comprar a las rebajas, que si no después querrás hacerlo cuando todo nos cueste el doble.

Y tú, con tu tarjeta de crédito ya más rascada que una pierna con granos, te tienes que ir de compras a las rebajas. Aguantando, encima, el eventual regodeo de los amigotes:

- ¡Hombre, Paquito! ¡Cómo se nota que los que tenéis, tenéis hasta para tirar en plena cuesta de enero!

- No creas, no creas. Lo que pasa es que salgo a comprar en las rebajas por ahorrar un poquillo.

Pero es que, además, aunque salgas de mala gana y entres en la primera tienda con los pies a rastras, eso de las compras es un veneno, una adicción, y acabas llegando a casa más contento que un ocho y con un buen montón de bolsas.

- ¡Qué razón tenías, cariño! ¡Ven a ver qué cantidad de dinero nos hemos ahorrado!

Y que es que, por ahorrar, oye, algunos, algunas, nos gastamos lo que haga falta cuando llegan estas fechas, tengas o no tengas liquidez. Lo que yo no logro entender es cómo puede ser que con tanto vaivén monetario aún logremos llegar vivos, o sea, comiendo, a final de mes. Se ve que el sistema está muy, pero que muy estudiado. Vamos, salvo para los que no lo esté y puedan ir quedando por ahí...

www.llamero.net