Dice Maíllo, en plan vendedor, que no nos preocupemos, que las listas del PP serán solventes y de ganadores, no como otras. Y en verdad que, a falta de conocer las suyas, las de los otros es cierto que están hechas con vocación de perder. Como ya es costumbre en el patio socialista, solo han tenido más que palabras por dos puestos, el primero al Congreso y el primero por orden alfabético al Senado. El resto, les importa un pepino. Rellenan de cualquier manera. Con cierto decoro en el caso del Congreso, por aquello de que al número uno le da igual que los de atrás tengan atractivo, puesto que de todas formas el primero en salir es él. Con un absoluto desprecio a los votantes en el caso de la lista al Senado donde, como siempre y como en muchos lugares, decidido el número uno, de los siguientes solo importa que por apellido vayan detrás. Les da igual que valgan o no, sean o no conocidos, tengan o no tengan tirón. La desfachatez del asunto es más palmaria cuando, como este año en Zamora

-y también en alguna otra provincia de la región-, el ungido por el dedo de turno tiene un primer apellido que cae muy atrás en el orden alfabético. Seguro que tuvieron los del PSOE local que mirar todo su censo de afiliados con lupa, a ver de dónde carallo sacaban otros dos candidatos "de bulto" que no fuesen por delante de la designada. Hasta que hallaron dos desconocidos cuyo apellido empezaba por V.

- ¡Lo tenemos! Esta vez no nos harán lo que hace cuatro años, cuando salió elegido el número dos del Senado, en vez de nuestra fotografiada "cabeza de lista".

Ya veremos. Las listas de perdedores fastidian mucho a los electores que se fijan. ¿Acaso es democrático e incluso presentable pedir a la gente que vote una terna de un partido cuando desde éste solo se han molestado en seleccionar al primero, procurando que los restantes se limiten a no estorbar? Los socialistas zamoranos llevan muchas elecciones practicando este desprecio implícito a sus electores. Tuvieron ya un aviso hace cuatro años, cuando la candidata oficial al Senado se quedó en la cuneta. No han aprendido nada y siguen creyéndose más listos que sus votantes. ¿Y si estos les devuelven esta vez la jugada votando solo a los candidatos del PSOE al Senado que lleven en el apellido la V de la victoria? Aunque lo normal, ciertamente, no es eso. Lo normal es no votar a quien te desprecia. Y como la lista del Senado nada tiene que ver con la del Congreso, que es la importante y la que sirve para algo? Lo mismo tenemos risas.

www.llamero.net