La de Navidad no es, ya ni mucho menos, la lotería que puede cambiar tu vida; para eso, la Primitiva o los Euromillones. Pese a ello, seguimos con la mitología de "el Gordo". En su defecto, como el muy maldito nunca nos toca, nos volcamos en "el Niño". Y si las dos cosas fallan, bueno, pues siempre se puede sacar carnet del PP o del PSOE y confiar en que te toquen algo en las listas electorales. Es otro sorteo de bombos múltiples. Ahora van a funcionar los dos más importantes. Puedes ser diputado cuatro años, con un sueldo guapísimo y un sin fin de complementos: viajes gratis, ordenadores gratis, ofertas a mogollón y puertas abiertas a cualquier lugar que vayas. Si ganas en el otro bombo, el del Senado, tampoco te irá nada mal, puede que incluso mejor, porque tendrás todo lo anterior, pero dando aún menos clavo, dado que previsiblemente serás uno del montón, como suele la mayoría de los senadores de provincias. A mí, si me dan a elegir entre un décimo del Gordo y un escaño de diputado, creo que elegiría... ser senador. Vamos, oiga, tendría que hacer cuentas; pero así a voleo...

Hombre, algún suspicaz dirá que "el Gordo" y "el Niño" son mucho más democráticos que lo de ser diputado o senador, porque a los primeros puede jugar cualquiera y a los segundos casi nadie. Lo cual, por un lado, es verdad. Pero por el otro, no tanto. Traigan a un matemático y que nos haga unos cálculos. ¿De veras creen que hay más probabilidades de que te toque "el Gordo" o "el Niño" que de que te apunte en el día tonto el dedo designador de alguno de los grandes partidos? Con ser improbable, es bastante menos remoto esto segundo. Máxime cuando puedes incrementar tus posibilidades sacando el carnet del partido, haciendo méritos y palmeando cuanto te sea posible los espaldares del jefecillo oportuno. De hecho, hay muchos paisanos que juegan con ganas a esta otra lotería, cuyo premio tiene pago aplazado en cuatro años y con posible prórroga posterior. Son los que estos días, completamente atacados, andan merodeando por la sede del PP (en la otra, en vez de sortear se han jugado sus dos cargos a los chinos).

- ¿Se sabe algo de las listas?

- No, nada de nada. Ni se han tocado.

- Pero tú crees que...

- Tranquila. Hablan de renovar. Así que a lo mejor esta vez entramos. Sobre todo tú, que eres mujer...

Desde esta columna, en estos días de desasosiego, mandamos un mensaje de ánimo a cuantos juegan en este otro sorteo. Que haya suerte, majetes. Y a ver si esta vez la suerte no pasa de largo, hombre, en cuanto oye el nombre de Zamora.

www.llamero.net