La idea fue del máximo estratega electoral del partido. La expuso semanas antes de Navidad:

- Necesitamos que la gente conozca el lado humano de nuestro líder.

El portavoz Zaplana preguntó, con aparente seriedad:

- ¿Cuál es su lado humano? ¿El derecho o el izquierdo?

Acebes le guiñó un ojo:

- Debe de estar en el centro justo y por eso no se ve.

El jefe de campaña, Juan Costa, cortó los cuchicheos y risitas:

- Por favor, un poco de seriedad. Todos sabemos lo qué es el lado humano de un político de primera fila: Aquello de su vida con lo que los electores pueden identificarse y que desde luego no es lo que puede verse en un debate parlamentario o en un mitin. Tenemos el mejor líder del mundo. Pero solo nosotros lo sabemos, porque nadie lo ve como es. Y eso es lo que tenemos que cambiar. Debemos aprovechar la Navidad para hacerlo más cercano y entrañable. Por ejemplo, organizando nuestro propio desfile de Reyes Magos; o sea, uno del PP, en el que Mariano sea Melchor.

Zaplana y Acebes se miraron divertidos. Pero no dijeron nada, salvo amén. Y todo se dispuso para que el día de Reyes se viese en todos los telediarios a Mariano Rajoy vestido de Rey Mago, regalando juguetes y enviando mensajes de amor, paz y centrismo. Los problemas surgieron a la hora de decidir quiénes debían acompañarlo como Gaspar y Baltasar.

- Sólo podemos ser, es evidente, Eduardo y yo -dijo Angel Acebes, cuando le preguntaron.

- Bueno -replicó el jefe de campaña-, la idea es dar idea de renovación, así que de Gaspar hará Gabriel Elorriaga y de Baltasar yo mismo.

Acebes y Zaplana se miraron contrariados, pero no dijeron nada. Se apresuraron, eso sí, a dar la noticia a Aguirre y a Gallardón. La presidenta de Madrid no tardó ni dos segundos en telefonear a Rajoy:

- Mariano. Te felicito por tu gran idea, por tu genial idea de arrebatar el papel de Rey Mago principal al fracasado Zapatero.

- Gracias, Espe.

- Y me pido el papel de Gaspar, porque como "lideresa" del partido que soy, es lo más conveniente para que no nos acusen de hacer una cabalgata solo de hombres, en plan machista trasnochado. ¿A que estás de acuerdo?

- Perdona, Espe. Te llamó después, porque tengo otra llamada... ¿Quién es?

Al otro lado, la inconfundible voz de Gallardón.

- Mariano, no tengo duda alguna de que esta vez vas a llegar a La Moncloa, sobre todo con iniciativas tan brillantes como la de convertirte en Melchor el mismísimo día de Reyes, para que se te identifique con quien regala sin pedir nada a cambio.

- Gracias por tu apoyo, Alberto.

- Sabes que lo tienes siempre y en todos los órdenes. Por eso mismo te agradará saber que acabo de encargar a mi sastre un traje de Gaspar para ayudarte a ganar este nuevo combate publicitario. ¿A qué hora quieres que quedemos el día seis?

- ¡Eeeee...! Te llamo después...

Rajoy pidió auxilio a sus fieles Costa y Elorriaga. Este último movió la cabeza, con desaliento.

- En vez de los Reyes Magos deberíamos de haber celebrado el San Nicolás, que solo es uno, y no creo que todos quisieran acompañarte en el papel de renos.

Juan Costa propuso:

- Sigamos adelante con el plan. Y que vengan de reyes acompañantes todos los que quieran. Así podremos decir que si de algo está sobrado Mariano es de pajes que le ayuden y de la máxima categoría.

La idea sedujo a los presentes y se aceptó. Por eso el día seis de aquel año electoral se pudo ver al líder de la oposición ejerciendo de Melchor en compañía de media docena de Gaspares y otros tantos Baltasares. Mientras tanto, en Moncloa, Zapatero y los suyos se tiraban de los pelos.

- ¿Cómo no se le ocurrió esto a Pepiño? ¡Es genial!

Así de superdotada era la política de principios del tercer milenio, año de 2008 en realidad.

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