Carta de A. S.

Me llamo Anita y me apellido Sánchez. Soy una niña impresionantemente buena. Tanto, que no hay elección que se pueda celebrar en mi ciudad sin mi concurso activo. El año pasado, por ejemplo, hubo dos elecciones a la vez, las municipales y las autonómicas. Pues bien, en ambas, pese a celebrarse el mismo día, tuve que hacer el sacrificio de ser candidata. Y allí estuve, Majestades de Oriente, contribuyendo a que la lista autonómica de Manolo Fuentes fuese la más votada y a que la lista municipal de Carlos Hernández consiguiese la Alcaldía de Zamora. Hombre, no voy a decir que lográsemos al cien por ciento esos objetivos. Pero gracias a mí, no obtuvimos peores resultados que otras veces en que también fueron igual de pésimos. Es más, seguro que sin mí hubiera sido peor. Y de hecho, como este año vuelve a haber elecciones, pese a encontrarme recién elegida como concejala y como parlamentaria regional, me han dicho que me vuelven a necesitar. Para ser precisos, en esta ocasión me han dicho que vaya solo en una de las dos listas posibles, ya que también hay dos elecciones. Unas, para ser diputado en el Congreso; las otras, para el Senado. Quieren que vaya de senadora, porque si no el pobre Cuadrado, que es el diputado, seguro que ni sale, pues la gente en Zamora solo vota PSOE cuando ve en la papeleta Ana Sánchez. Y por eso os escribo, Reyes Magos. ¿No creéis que con estos antecedentes debería ser yo misma la que encabezara también la lista del Congreso de los Diputados? Si hace un mes fui en dos listas, con estupendos resultados, al menos para mí, ¿por qué no puedo ahora ir también en las dos listas de las nuevas elecciones? Se lo he comentado a Adolfo y él dice que tengo razón, que el partido me necesita en todas partes. He llamado a Burgos para decírselo al presidente de la Gestora del PSOE y él me ha dicho: