Washington.- Britney Spears se sacudió con poca ropa, menos ganas y fuera de forma en la gala de los premios de la MTV, en una actuación que suponía uno de los regresos a los escenarios más esperados de los últimos años, y que resultó ser caótico.

Spears «no decepcionó: estuvo horrible», afirmaba ayer, tajante, The New York Times, y aseguraba que la artista estaba visiblemente nerviosa, se tambaleó por el escenario y a duras penas pudo interpretar su nueva creación, "Gimme More", que tampoco ha recibido muy buenas críticas. Tras el "annus horribilis" que ha atravesado la joven artista, la atención en el Hotel y Casino Palmas de Las Vegas estuvo centrada en ella, y eso a pesar de que su álbum más reciente no subió del puesto 134 en la lista de Billboard.

Spears, quien una década atrás era ídolo de las adolescentes, y cuya fama más reciente ha girado en torno a su divorcio y problemas de conducta personal, no había participado en otra entrega de premios de MTV desde 2003, cuando concluyó su actuación con un beso en la boca con Madonna. Spears, acompañada por un grupo de bailarinas de estilo cabaré nudista y de bailarines musculosos, mostró un vientre levemente desfondado, se movió con más erotismo burdo que gracia, y por momentos dejó en evidencia que ha perdido su habilidad para mover los labios sincronizados con la grabación de sus temas.

La cantante Singer Ahsanti, que contempló la actuación de Spears desde el proscenio, se limitó a reír y a mirar para otro lado cuando le preguntaron su opinión. La comediante Sarah Silverman, en cambio, dijo ante cámaras que Spears «es asombrosa: a los 25 años de edad ha logrado ya en su vida todo lo deseable». Durante cinco años, el "show" de MTV ha estado perdiendo audiencia y ha sido blanco de críticas, por lo cual este año los organizadores recortaron el programa de tres a dos horas de duración y estructuraron el espectáculo con mayor énfasis en las actuaciones de los artistas que en la entrega de premios.

Aparte de la retransmisión, el capítulo de incidentes más destacados lo protagonizaron Kid Rock y Tommy Lee, dos ex esposos de la voluptuosa Anderson, que acabaron a empujones y puñetazos.

La escena, captada por la cámara de un aficionado, fue difundida en la televisión nacional como mayor frecuencia que las escenas del show de MTV.