Pues ya que se piden opiniones sobre el posible traslado del miliario de Coomonte desde su actual emplazamiento de La Marina a la plaza de Sagasta, me apunto. Me apunto a decir que me parece una buena idea y que creo que lucirá más en esta segunda plaza que en el parque actual. Siempre he pensado, no sé si el artista coincidirá o no, que el Miliario está falto de tamaño. Para que de verdad luciera en todo su esplendor y dijera lo que algo así debe decir, debería multiplicar su altura y grosor por cinco o por diez. Tendríamos entonces en verdad el gran monumento simbólico de la ciudad Zamora, el equivalente -aunque en mejor, sí, ¿por qué no?- a la Torre Eiffel de los parisinos. En cuyo caso y si se dieran tales dimensiones, el actual sería en verdad un emplazamiento óptimo.
Pero con las pacatas dimensiones que se le dio -acordes, cierto es, con la miseria económica en la que siempre navegan las instituciones de esta provincia-, la obra se pierde, pasa desapercibida en el lugar en que está. Para que luzca, para que brille y se aprecie es imprescindible, a mi juicio, darle un marco más adecuado, más reducido, que arrope al Miliario. Puede ser la Plaza de Sagasta u otra aún más pequeña y recoleta, aunque cuanto más en el casco antiguo, tanto mejor.
No olvidemos que, a la postre, si está donde está, es más por imprevisión que otra cosa. Quizá recuerden que el Miliario vino a ser el "regalo" de la Diputación Provincial de Antolín Martín al Ayuntamiento de Zamora, conmemorando el año mil de la presunta fundación de la ciudad. La ubicación, sin embargo, tenía que elegirla el propio Ayuntamiento, que no estaba muy por la labor de facilitar el más mínimo brillo a don Antolín. Así que se colocó el Miliario un tanto a regañadientes y donde primero se pilló o casi. Nada más natural, por ello, que pensar en cambiarlo de sitio. Donde está, dada la tacañería con que se abordó el proyecto, dada la desgana con que se recibió el "regalo", no aporta nada sustancial. En cualquier plaza pequeña, como la de Sagasta, lo empezaremos a mirar de otra manera y lo apreciarán también, en cuanto vale, que es mucho, nuestros visitantes.
Dicho sea, ya digo, por aportar otra opinión; una más, añadida a la del lector.
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