Barcelona.-La profundización en el estudio del comportamiento de los simios ha permitido comprobar a los expertos que las diferencias entre humanos y primates son menores de lo que se creía inicialmente, según explicó ayer en Barcelona el etólogo holandés Frans De Waal, uno de los más importantes primatólogos del mundo. Qué los primates y los humanos guardan innumerables similitudes en su conducta y que ambas especies comparten el 98% de su material genético es de antaño conocido. Más sorprendente si cabe es saber que los simios comparten con los humanos valores hasta ahora solo atribuibles a las personas, como el sentimiento de justicia, la moralidad e incluso la tenencia de su propia cultura.

«La historia de la investigación sobre primates nos dice que cada vez que vemos una diferencia que nos distingue de ellos y realizamos una observación más cercana, esta diferencia se reduce. En campos como la justicia, la cultura, la moralidad o la comunicación, las diferencias se hacen cada vez más pequeñas», asegura De Waal, director del Centro Primatológico Robert Yerkes de Atlanta (EE UU). Los múltiples experimentos que ha llevado a cabo este científico con chimpancés le han llevado a afirmar que estos animales, a su manera, también disponen de su propia cultura, entendida como aprendizaje social, que hace que grupos de la misma especie actúen de manera distinta ante una misma situación.

En una de estas investigaciones, el equipo de De Waal enseñó a un chimpancé a abrir una caja de una manera y, después, introdujeron al primate entre los demás miembros del grupo, que aprendieron a abrir la caja siguiendo su ejemplo. Por otro lado, los etólogos enseñaron a otro chimpancé a abrir la caja de una manera diferente, y su grupo aprendió a hacerlo de este otro modo. «Acabamos con dos grupos que abrían la caja de dos maneras distintas, fruto del proceso de aprendizaje social, y esto es una diferencia cultural», subraya el catedrático en Conducta de Primates de la Universidad estadounidense de Emory.

Uno de los campos en los que está trabajando actualmente De Waal es en determinar si los simios tienen moralidad. «No creo que los chimpancés sean seres morales como lo somos nosotros, no son filósofos por ejemplo. Pero en nuestra moralidad hay muchos elementos que se pueden reconocer en la vida de los primates», como la empatía, que «es lo que te hace pensar qué es lo bueno para otro, la reciprocidad o el concepto de obligación», afirma De Waal.

Para el etólogo, estos valores son «partes muy importantes de la moralidad humana», que también se pueden encontrar en los primates. Su organización social, su conducta sexual, sus luchas por el poder, el sentimiento materno infantil también nos unen. «Es casi imposible definir un comportamiento humano que no esté relacionado con los primates», como también es «casi imposible mencionar una emoción humana que no tengan los simios», subraya De Waal.

Parece ser que el lenguaje, la capacidad de hablar, es la principal diferencia que distingue a monos de personas, aunque también en este caso la supremacía humana es relativa. Y es que, como recuerda De Waal, «hay investigadores que han podido enseñar partes del lenguaje a los grandes simios, que son capaces de categorizar los objetos, y la categorización es una parte fundamental del lenguaje».