Como si la memoria hubiera retrocedido 31 años, los zamoranos han podido volver a ver, o más bien intuir, la forma del antiguo Convento de Santa Marina, junto a la Plaza de Castilla y León, cuyos cimientos han quedado al descubierto con las obras que se llevan a cabo en Santa Clara. Construida en el siglo XVI, esta edificación fue derribada en 1975, por lo que su imagen se mantiene aún viva en muchos vecinos de la capital y provincia.

Aunque el hallazgo estaba previsto, no por ello ha resultado menos espectacular, y de hecho han sido numerosos los viandantes que se han agrupado junto a las vallas para asistir a los trabajos arqueológicos. Fuentes del equipo técnico precisan que por ahora la labor se va a centrar en sacar al aire todo el perímetro del convento, es decir la base del antiguo convento, lo que va a permitir realizar un plano exacto del mismo. Con la información que se obtenga, los arqueólogos pretenden llevar a cabo una planimetría que permita mostrar cómo era originalmente el convento y ver las distintas dependencias que existían en este inmueble ubicado en el centro de la capital. La actuación se incluye en el proyecto de las obras de rehabilitación que se iniciaron el pasado mes de enero y está previsto que se prolonguen hasta el mes de abril.

Por su parte, el teniente de alcalde de alcalde y concejal de Obras, Angel Macías, declaró que «se va a hacer una excavación más cuidadosa» para estudiar con más profundidad los restos. Ante la previsión de no encontrar nada novedoso -que no estuviera previsto con antelación a las obras- «se catalogarán los restos que se hallen y se volverá a tapar todo», de modo que «sólo si sorprendentemente aparece algo sustancial se trasladará al Museo Arqueológico como suele ser habitual». Además de las ruinas del convento, los zamoranos que curioseen por la plaza de Castilla y León podrán observar el antiguo cementerio de la vetusta construcción y las atajeas, explicó Macías.

La remodelación de la calle Santa Clara y las plazas adyacentes se adjudicó el pasado mes de diciembre a la Unión Temporal de Empresas formadas por Agromán, Ferrovial y Valsan por un importe de 2,2 millones de euros y un plazo de ejecución de tres meses.